El ciberacoso, así como las coacciones o chantajear a alguien con difundir imágenes suyas de contenido íntimo es un delito. Sin embargo, solo 600 menores denunciaron en los últimos seis años ser víctimas de ciberdelitos, según las últimas estadísticas del Ministerio de Interior referidas al periodo 2011-2016.

"Son solo la punta del iceberg", explica el profesor de Psicología de la Universidade de Santiago. Según explica, el problema es que ni los propios chavales son "conscientes del daño" que les están infringiendo. "Lo ven como algo normal, hasta que explotan", apunta. Y recuerda que los expertos relacionan el incremento de los casos de depresión y suicidios entre los jóvenes con el ciberacoso o el sexting.

En todo caso, las estadísticas de criminalidad reflejan que entre 2011 y 2016 los menores víctimas de amenazas, acoso o estafas en la red se dispararon un 70 por ciento.

El delito más habitual al que se enfrentan los menores de 18 años son las amenazas: un total de 230 afectados en seis años. En segundo lugar, está el descubrimiento o revelación de secretos, relacionado sobre todo con la difusión de contenidos íntimos por la red.

Además hubo 90 chavales víctimas de adultos que intentaron contactar con ellos a través de internet con fines sexuales. Otro centenar de casos estuvo relacionado con injurias y coacciones.

En todo caso, el incremento de ciberdelitos no afecta solo a los menores de edad. En 2016 hubo 3.300 gallegos que los sufrieron, el doble que en 2011. Amenazas e injurias son los principales motivos, aunque en el caso de los adultos muchos también son víctimas de estafas (907).