...    
Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las solicitudes de la Risga caen un 11% hasta 6.040, la cifra más baja en seis años

-Las peticiones de esta ayuda para llegar a fin de mes casi triplican las previas a la crisis -Las entidades sociales denuncian trabas burocráticas que vinculan a ese descenso

La crisis ha sido superada en términos macroeconómicos, pero miles de ciudadanos siguen soportando sus consecuencias y dependiendo de las ayudas públicas para subsistir. Uno de los indicadores del impacto de la pobreza en Galicia lo supone la renta de inclusión social (Risga), un cheque mensual para familias con escasos recursos, que, a pesar del crecimiento del PIB, batirá este año el récord presupuestario de la Xunta con 62,5 millones de euros. Sin embargo, las peticiones de esta subvención se contrajeron un 11,2% el año pasado, la primera caída en cuatro años, hasta situarse en 6.040. Se trata del dato más bajo en seis ejercicios, aunque es casi el triple que hace una década, cuando se situaron en 2.207.

La Risga supone una ayuda mínima de 403 euros, pero se eleva en función de las cargas familiares. Entre 1995 y 2008, las peticiones anuales oscilaron en la franja de las 2.000 a las 3.000, pero en 2009, año que en que la crisis golpeó Europa tras la caída pocos meses antes de Lehman Brothers, las peticiones comenzaron a crecer hasta batir el récord en 2013 con 7.704. Un año después, cayeron a 6.508, pasando a 6.512 en 2015, 6.804 en 2016 y 6.040 el año pasado.

Lo mismo sucedió con las pagas que afrontó la Xunta, que en 2009 cambió de manos y pasó del bipartito al PP de Alberto Núñez Feijóo. En aquel ejercicio, las nóminas acumuladas en todo el año -la Risga puede cobrarse solo unos meses, no todo el ejercicio- ascendieron a 8.791, batiendo el récord en 2013 con 15.619. En 2014, sumaron 13.919, por 14.684 en 2015 y 15.322 en 2016.

Haz click para ampliar el gráfico

Política Social aún no dispone de la cifra acumulada de todos los ciudadanos que cobraron este cheque en algún momento del año pasado, pero sí del dato al cierre del ejercicio, que se situó en 10.371, 390 menos que en la misma fecha de 2016.

Los recursos destinados a esta subvención se han triplicado desde 2009, fecha en que se destinaba casi 23 millones de euros. La factura prevista para 2018 es de 62,5, la misma que en 2017, tras varias inyecciones extra de fondos. De hecho, desde 2012 siempre se ha quedado corto el presupuesto.

Para acceder a la Risga, el solicitante debe acreditar unos ingresos inferiores a la cuantía que le correspondería, pero en ese punto radica una denuncia de las entidades sociales, que sostienen que el cálculo se realiza en función de los miembros de la unidad familiar, por lo que, con algún pariente en el hogar con salario, se supera el umbral para poder obtenerla. "Vemos que en muchos casos ya se desiste de solicitarla", explica Lucía Maquieira, de la Fundación Ronsel, de Santiago de Compostela, que destaca las trabas para, por ejemplo, los solicitantes de asilo político. "Normalmente son acogidos por familiares y amigos y no pueden acceder a solicitar la Risga porque todos los ingresos del domicilio son tenidos en cuenta", expone Ronsel en las alegaciones al decreto que regulará la nueva Risga aplicando los criterios de la Lei de Inclusión Social de noviembre de 2013. Vivir solos, debido a su falta de recursos, les resulta prohibitivo, añade.

La Xunta dispone de un borrador de ese decreto, pero aún no ha aprobado el texto más de cuatro años después de la entrada en vigor de la ley que incluye, por ejemplo, la opción de combinar la Risga con trabajos esporádicos.

En este punto, una sentencia de un juzgado de Vigo ha abierto la puerta a un cambio en la política de concesión de la Risga, pues hasta ahora se aplicaba el precepto de que solo pudiese cobrarla una persona por domicilio. Un juez dio la razón a una mujer que compartía piso con otra persona que la percibía y que no era pariente, según Praza Pública.

Fuentes de Cáritas Vigo también lamentan que las tramitaciones de estas ayudas "se han endurecido" y destacaban los problemas para comunitarios que no pueden acceder a ellas por no acreditar ingresos. Los más afectados, explican, son rumanos y portugueses.

Compartir el artículo

stats