Podemos quiere que su marca figure en las elecciones municipales y que su alianza con las mareas se concrete en forma de coalición, manteniendo así su autonomía, en contra del espíritu con que En Marea nació para que todo el espacio rupturista se amparase bajo un paraguas común. La vía propuesta por Pablo Iglesias, líder del partido, es apoyada por casi el 87% de las bases gallegas.

De los 4.258 votos válidos en Galicia -63% del censo-, 3.704 dieron su sí a la pregunta planteada por la dirección morada para los comicios de 2019, claves para el espacio rupturista y la consolidación de las mareas, que se juegan sus grandes símbolos: las alcaldías de Santiago, A Coruña y Ferrol.

La pregunta que Iglesias planteó a sus militantes fue: "¿apoyas que Podemos se presente a las próximas elecciones municipales en coalición con las fuerzas políticas y las plataformas municipalistas aliadas del espacio del cambio y con la palabra Podemos (en los idiomas que corresponda) formando parte del nombre de la candidatura, salvo donde ya exista una "marca" consolidada?". Esta alusión es una vía de emergencia para evitar choques en las autodenominadas "ciudades del cambio", como las tres urbes coruñesas, Madrid (Ahora Madrid), Barcelona (En Comú) o Cádiz (Por Cádiz Sí Se Puede). De presentarse en solitario, Podemos -si sus socios rechazasen concurrir en coalición-, podrían ser culpados de la pérdida de esos bastones municipales.

Con el sí de las bases, Podemos iniciará las negociaciones concello por concello para presentarse por primera vez a unos comicios locales, pues en 2015 rechazó esa opción, aunque muchos de sus cargos e inscritos sí participaron a título individual en diversas confluencias.

La negociación con sus socios se prevé tensa ante la renuncia de Podemos a que sus siglas se diluyan y pierda autonomía sin participar en una coalición, tras tener que asumir esa opción en las autonómicas de 2016 al negarse En Marea a ese tipo de alianza. De hecho, la postura para los comicios locales avanza ya el deseo de Podemos de no reeditar En Marea en los mismos términos y apostar por una coalición en la cita que elegirá la composición del Parlamento en 2020.

La propia secretaria xeral de Podemos en Galicia, Carmen Santos, ya dejó claro que su formación facilitará los acuerdos en las autodenominadas "ciudades del cambio", donde su partido asume como más probable la renuncia a la presencia de su marca. Ayer mostró su deseo de "tejer alianzas" con sus socios.

Sellar una coalición ya fue rechazado de plano por Marea Atlántica y el propio Xulio Ferreiro, que ya mantuvo enfrentamientos internos con Santos, condicionó su candidatura a la reelección a ir como punta de lanza exclusivamente de su fuerza, por lo que las negociaciones podrían vincularse a la presencia de miembros de Podemos en las listas. En Santiago el escenario se plantea similar y Ferrol, con mayor división, resulta una incógnita, aunque el partido de Iglesias quiere evitar los choques para no desgastar a los "alcaldes del cambio".

En el resto de urbes, los de Pablo Iglesias sí aspirarán a situar su logo en la papeleta junto al de las mareas. Esa opción es mayoritariamente apoyada por sus bases. En Vigo votaron "sí" a la pregunta de la dirección el 88,9% -es la ciudad con más participación: 600 síes, 75 noes y 5 votos en blanco- y; en Pontevedra, el 82,9%; en Ourense, el 85,8%; en Lugo, el 85,9%; en A Coruña, el 86%; en Ferrol, el 79%; y en Santiago, el 89,3%.

Pontevedra y Ourense

El resultado de la consulta marca el punto de partida de las negociaciones, que se antojan tensas en muchos puntos, pues existen reticencias en algunas mareas a incorporar la marca de Podemos. Cada municipio cuenta con autonomía para presentar su proyecto, pero Podemos se topará con que ya han elegido candidatos la Marea de Pontevedra -repetirá Luis Rei- y Ourense en Común -Martiño X. Vázquez-, lo que complicará la negociación.

En caso de no ser posible la coalición que demandan las bases moradas, Podemos podría optar por concurrir en solitario, aunque previsiblemente sometería la decisión a una nueva consulta.

Además, el contexto se presenta también delicado tras la crisis abierta en En Marea a raíz de la gestión del altercado de la diputada Paula Quinteiro con la Policía Local de Santiago, ante la que exhibió su credencial de parlamentaria cuando un joven del grupo con el que caminaba por la ciudad la madrugada del sábado 16 al domingo 17 fue identificado tras las denuncias vecinales de vandalismo. Ni él ni Quinteiro fueron denunciados, pero el Consello das Mareas, máximo órgano de En Marea, pidió la dimisión de la diputada, inscrita de Podemos, opción que rechazó el grupo parlamentario.

Además, hace unas semanas Anova se quejó de que Podemos marginaba a sus diputados en el Congreso, donde la coalición En Marea cuentan con cinco escaños.