"No tenemos en nuestro ADN nada que nos haga diferentes. Y eso es bueno que se sepa". Así respondió el portavoz del Gobierno central, Íñigo Méndez de Vigo, a la prensa cuando le preguntaron ayer tras el Consejo de Ministros por el caso de Paula Quinteiro. El también ministro de Educación añadió que los cargos políticos son "iguales ante la ley" y tienen las mismas "responsabilidades" ante ella que cualquier otro ciudadano, informa Europa Press.

Por su parte, el PP gallego elevó el tono de los ataques a En Marea a raíz del altercado en que se vio envuelta la diputada y lo vinculó a que "no hay nadie al volante" del partido instrumental que debutó en las elecciones autonómicas de 2016 y lidera la oposición, tras superar en votos al PSdeG y empatar a 14 escaños.

"Estamos ante la crónica de un grupo mixto anunciado", atacó el secretario xeral de los populares, Miguel Tellado, en alusión a la salida de Quinteiro del grupo rupturista. Su dardo remite a los problemas que tuvo la legislatura pasada AGE, el precedente de En Marea. Los problemas internos en la coalición de Anova y Esquerda Unida provocaron tres salidas de sus filas hacia el grupo mixto. Una de las protagonistas, Consuelo Martínez, forma parte del Consello das Mareas.

Horas antes de su reunión, el PP censuró cualquiera de las decisiones que tomase En Marea. En caso de la salida de Quinteiro, "Villares [portavoz del partido instrumental] dejaría de ser el líder de la oposición", en beneficio del PSdeG. Si la dirección no exigía el acta de Quinteiro, como pidió la coordinadora, el exjuez "dejaría de ser líder incluso de sus afines dentro del partido". Y si dimitía, "estaría dando la razón" al PP cuando criticó la "inacción" de Villares, a pesar de que la coordinadora de este sí exigió su renuncia.