Galicia es "un lugar ideal para vivir y formar una familia si consigues un trabajo". Eso lo tiene claro el profesor de Geografía Humana de la Universidade de Santiago y experto en demografía, Carlos Ferrás, que apunta que lo que falla es la falta de políticas demográficas y un ecosistema social que expulsa a los jóvenes a la emigración.

- ¿Por qué las gallegas tienen hijos tan tarde?

- Porque entre sus prioridades el desarrollo profesional e incorporación al mercado laboral ocupa el primer lugar por encima de la maternidad. Y la conciliación es una asignatura pendiente.

- ¿A qué se debe que en Galicia las mujeres tengan hijos más tarde que en el resto de España o de otros países europeos?

- En Galicia el mercado de trabajo es escaso y altamente competitivo, donde el sector privado no tiene dinamismo, es predominantemente de baja cualificación y sus salarios son muy bajos. El sector público es la opción más apetecible para los jóvenes que buscan acceder a salarios dignos y a la conciliación real.

- ¿Qué consecuencias tiene que se esté retrasando la edad media a la maternidad?

- Pues se incrementan sobre las madres los riesgos en los embarazos, la crianza se alarga en el ciclo vital de madres y padres, se generan situaciones de alto estrés familiar al coincidir la crianza de los hijos con los cuidados a los abuelos que viven más años y cada vez más presentan enfermedades degenerativas.

- Cada vez hay más madres primerizas por encima de los 40 años. ¿Es esto razonable?

-Es razonable porque afrontan la maternidad una vez cumplidas sus expectativas y metas profesionales. Se apoyan en los avances en la medicina y a esa edad ya suelen contar con un estatus económico suficiente. El problema será que asistiremos a la conformación de una figura de madre-abuela en términos de edad con implicaciones que hay que investigar.

- ¿Qué medidas se deberían adoptar para favorecer que las mujeres tengan hijos antes?

- Necesitamos políticas comprometidas con la crianza y no con la natalidad. Se deben promover ayudas económicas por hijo a cargo a las familias hasta la mayoría de edad como en el Norte de Europa donde pueden superar los 140 euros al mes por hijo. Y conseguir un ecosistema social sostenible y atractivo para el retorno de los jóvenes emigrados y la atracción de nuevos habitantes. Sin un mercado laboral dinámico, cualificado y con salarios dignos, la administración difícilmente podrá pagar y asumir la gran factura social del envejecimiento.