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Tres zonas de Galicia siguen en alerta y el resto en prealerta pese a un invierno con lluvias

Llegó el invierno y llegaron las lluvias, que aliviaron la extrema sequía que estaba llevando a muchos concellos al límite de sus reservas de agua. Sin embargo, estas precipitaciones no han permitido todavía restablecer totalmente la normalidad, puesto que, aunque ahora las precipitaciones son intensas, se producen después de casi un año en el que apenas ha llovido. Los embalses se han recuperado, pero el caudal de lo ríos y los acuíferos están tardando más en volver a valores normales.

Es, por esta razón, que todavía hay tres zonas dependientes de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil que están en situación de alerta: los ríos Limia, en el sur de la provincia de Ourense, en la zona inferior del río Sil y el río Cabe, en Lugo. Y en la Confederación Galicia-Costa la Xunta mantiene la prealerta.

La razón de que no se haya bajado todavía la alarma es que las lluvias de este invierno han llegado precedidas de muchos meses con lluvias por debajo de lo normal. El verano y el otoño de 2016 fueron especialmente secos. La Xunta tuvo que activar la prealerta de sequía en septiembre en tres zonas de la cuenca Galicia-Costa. Y llegó 2017, el tercer año má seco desde que se tienen registros. En enero de 2018 se activó la alerta en toda la comunidad gallega.

¿Y cómo está siendo este este año? En enero llovió, según Meteogalicia, pero en valores normales, no más de lo que resulta habitual para este mes. Hubo dieciséis días de lluvia, pero en zonas como Valdeorras las precipitaciones continuaron siendo escasas.

Aún así a principios de febrero se levantó la alerta por sequía, salvo en los ríos Sil bajo, Cabe y Limia.

Y en febrero volvió a llover. Según Meteogalicia fue un mes algo más húmedo de lo habitual, pero con matices porque las precipitaciones fueron abundantes en puntos de Pontevedra, A Coruña y Lugo, pero, sin embargo, en Ourense sigue sufriendo un déficit de precipitaciones.

Los embalses de abastecimiento tienen ahora una ocupación del 82 por ciento, por encima de los valores que registraba en esta misma época en 2017 (78 por ciento).

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