Ni una "generación perdida" ni " pasota". Al medio centenar de jóvenes reunidos ayer en Santiago para recibir los premios extraordinarios de Bachillerato, FP y enseñanzas artísticas profesionales no solo se les da bien el aspecto académico, sino también romper esos tópicos, como destacaba ayer el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, al tacharlos de alumnos "excepcionales" -la "excelencia del sistema"- y al asociarles dos palabras que, indicó, "a veces" no están "de moda": "esfuerzo" y "sacrificio".

No fue el único que incidió en la cara B, las horas de estudio que no se ven pero se notan en la vida social, de los brillantes expedientes que desfilaron ayer en Santiago en el acto de entrega de galardones del curso 2016-2017 en el caso de la veintena de Bachillerato y los seis de enseñanzas artísticas profesionales y del anterior curso para los 22 titulados en FP. Los propios premiados reconocieron, como resumía ayer Iván Mosteiro Buján, galardonado en la familia profesional de Instalación y Mantenimiento, en concreto en Mecatrónica Industrial, tras su periplo en el CIFP de Coia, en Vigo, que "genios no hay; solo esfuerzos, esfuerzos y más esfuerzos".

En su caso por partida doble, porque además de formarse con la meta de "destacar estudiando", consiguió su sueño trabajando. A costa de un precio: "Estar sin vida. Ni fines de semana ni salir de fiesta ni familiares ni nada. Tuve la suerte de que podía trabajar de noche y entonces me dediqué a trabajar de noche y a estudiar de día. Y dormir lo mínimo posible. Y así durante varios años".

"A los 21-22 años ya había hecho otro ciclo de electricidad, estuve cuatro años trabajando y luego decidí volver a estudiar. Porque en el mundo laboral actual hay que destacar para que te tengan en cuenta", explica este joven de 31 años. Su recompensa por el esfuerzo no es solo un cheque (que usó para celebrar su premio e invitar a familiares y a amigos para recuperar "algo de tiempo perdido"), sino también en estar "recibiendo ofertas de trabajo sin buscarlas bastante a menudo", aunque por ahora prefiere quedarse donde está, en un trabajo que el pasado martes lo llevó por ejemplo a Alemania. Aprovecha para advertir que ve que hay "muchos más trabajadores formados aquí que allá".

Laura Morales Rejas, de Mos, o Margarita Sarralde Díaz, de Santiago, no trabajan, pero en cambio deben compatibilizar dos grandes vocaciones: la música y los estudios. En el caso de Laura Morales, de 16 años, las carambolas son para compaginar 1º de Bachillerato, que cursa en Vigo, con su formación en la Escuela de Altos Estudios Musicales, en Santiago, tras acabar dos años antes en el Conservatorio Superior de Música de Vigo. "Sé que quiero dedicarme al violín desde que tenía 6 años", explica esta adolescente que aspira ahora a proseguir su formación en Madrid.

A su juicio, "estudiar mucho" es la clave. "No hay ningún truco: tienes que estudiar, y muchas horas porque la música es algo que te lleva mucho tiempo. No es, por ejemplo, como en el instituto, donde estudias para un examen y sacas una nota. En música si dejas de estudiar un día, ya lo notas", señala. Y estudiar, en su caso, implica practicar y practicar, tres horas o tres horas y media de media, "como un deporte". Y además "ir a clases y tocar en orquestas"... "Es difícil compatibilizar todo", reconoce.

Margarita Sarralde, premiada tras sus estudios en el IES Rosalía de Castro, en Santiago, concilia su vocación en Derecho y en piano (cursa 6º, con la graduación a la vuelta de la esquina). "A veces es un poco complicado" encajar horarios, admite, pero espera poder "mantener" su relación con la música "todo lo que pueda". Para Sarralde el mérito del reconocimiento que recibieron ayer recae "más que nada" en familia y docentes. Todos los entrevistados comparten la apreciación, pero para esta joven son dos pilares fundamentales. La familia, dice, porque "está apoyando siempre y brindando medios" para que pueda haber resultados, y los docentes, al lograr transmitir "belleza" en sus enseñanzas y la curiosidad por hacerse preguntas. Influye "el trabajo duro, pero sin lo otro no es fácil", enfatiza.

Coincide en cierto modo con ella Sabela Corral Canda, que también ha elegido Derecho: "El esfuerzo personal es imprescindible, pero no vas a tener las mismas facilidades con ayuda que sin ellas". Corral Canda estudió en el Rosais 2 de Vigo. Igual que otro galardonado, David Búa Teijeiro, que ya había sido premio nacional de Educación al rendimiento académico del alumnado en ESO. Búa es asimismo alumno de la USC, pero ha optado por Física. Para Corral, a la que la vocación por las leyes la acompaña "desde bastante joven", el secreto del éxito está en "mucho esfuerzo y constancia". "Siempre hay algún sacrificio. Cuando tienes que pasar muchas horas estudiando dejas de hacer otras cosas, pero es una inversión de tiempo en mi futuro".

Mientras ella pone el acento en el esfuerzo, Búa lo hace sobre la constancia: "Es muy importante intentar llevar todo al día". Eso, y conocer cuáles son los puntos fuertes y débiles de cada uno para "compensar" donde haga falta, añade.

Aunque Búa, que recurre asimismo a la palabra "vocacional" para definir su camino, no sabe si se inclinará o no por una carrera investigadora, reivindica el papel de la ciencia: "La humanidad avanza y cada vez necesita más recursos y aprovecharlos mejor", y es ahí donde reside "el principal papel" que a su modo de ver debería tener la ciencia.

Iván Mosteiro - Premiado en F. Profesional

"Genios no hay; solo esfuerzos, esfuerzos y más esfuerzos"

Sabela Corral - Premiada en bachillerato

"Siempre hay un sacrificio, pero es invertir en futuro"

Laura Morales - Premiada en E. Artísticas

"No hay truco: tienes que estudiar y muchas horas"