La plantilla de facultativos de Galicia está envejecida. Cuatro de cada diez médicos superan ya los 55 años, según las estadísticas de colegiados del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto supone que en la próxima década más de 4.500 doctores habrán cumplido los 65 años y, por lo tanto, podrán jubilarse. El Sergas, que tiene en plantilla a 7.000 de los casi 12.000 profesionales en activo, reconoce que tiene ya déficit en algunas especialidades y la situación podría agravarse puesto que para formar un médico se necesitan entre diez y once años. Los nuevos facultativos que terminan su formación MIR (Médico Interno Residente) y están, por lo tanto, preparados para empezar a trabajar, son unos trescientos al año, es decir, en una década se podrían incorporar al sistema sanitario unos 3.000, que solo cubrirán un 70 por ciento de las posibles jubilaciones.
Y ésa es la razón por la que la Consellería de Sanidade permite desde mediados de 2016 que los médicos puedan seguir en activo hasta los 67 años y estudia ahora ampliar un año más ese límite de edad. De esta manera intenta revertir la decisión adoptada en 2012 de jubilar forzosamente a los facultativos a los 65 años. Hasta ese momento estos profesionales podían seguir trabajando hasta los 70 años.
Los colegios médicos rechazaron desde el principio la jubilación forzosa a los 65 años y reivindican que Sanidade les permita continuar en servicio activo cinco años más.
Esto permitiría paliar la sangría que podría suponer la jubilación masiva de todos los facultativos que en la próxima década alcanzarán los 65 años de edad.
Según las estadísticas de colegiados sanitarios (que incluye a todos los profesionales, tanto de la sanidad pública como de la privada), solo el 15 por ciento de los médicos que hay en Galicia tienen menos de 35 años, mientras que el colectivo más numeroso supera los 55 años.
Y la formación de nuevos médicos será insuficiente para cubrir las vacantes que se producirán si estos profesionales deciden jubilarse. En la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago se graduaron una media de 350 alumnos en los últimos cinco años. El mayor número de licenciados se registró en el curso 2016/2017 con 393 titulados.
Sin embargo, los cinco años de carrera de Medicina no son suficientes para ejercer. Los futuros médicos tienen que presentarse a un examen para obtener una plaza de Médico Interno Residente, en la que estarán formándose entre cuatro o cinco años según el tipo de especialidad.
Y no todos aprueban el MIR a la primera, lo que retrasa aún más su incorporación al mercado laboral. En Galicia se ofrecen 394 plazas en los hospitales y centros de salud gallegos para hacer la residencia.
¿Pero cuántos terminan su formación cada año? Un estudio del Sindicato Médico de Granada (CESM), con datos del Ministerio de Sanidad, cifra en 310 los facultativos que terminaron el MIR en 2017. De mantenerse esta cifra en diez años podrían incorporarse al sistema de salud gallega unos 3.000. En todo caso, si se jubilan 4.500 el déficit podrían llegar a los 1.500 profesionales.
Extracomunitarios
La Consellería de Sanidade quiere incorporar a médicos de fuera de la UE para paliar el déficit de especialistas. Sin embargo, el Colegio de Médicos de Galicia advierte que esto no resolverá el problema y apuestan por incrementar el número de plazas MIR para formar a más médicos.
Además recuerdan que durante los años de crisis muchos médicos optaron por emigrar ante la falta de expectativas laborales en Galicia, de manera que se perdió a personal joven y formado.
Las ofertas de empleo público se limitaron a cubrir solo un porcentaje de las vacantes que quedaron por jubilaciones, de manera que el trabajo al que pudieron acceder muchos facultativos era precario: contratos de un día y jornadas de veinticuatro horas.
Desde el año 2010 casi 800 médicos gallegos hicieron las maletas para marcharse a trabajar al extranjero, según las cifras aportadas por la Organización Médica Colegial, que debe emitir un certificado de idoneidad que permite a estos profesionales ejercer fuera de España.
