López Pérez se encontraba un poco perdido en sus estudios de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Él mismo lo cuenta cuando lo recuerda. "No acabé la ESO, estaba desmotivado, no sé", apunta este joven de 18 años. No le encontraba sentido a las materias y no se aplicaba, como le pasa a muchos jóvenes a esa edad.

En estos casos la FP Básica, con ramas de la propia Formación Profesional (Administración, Jardinería, Artes gráficas, Electricidad o electrónica, Cocina, Peinado y Estética, Carpintería o Cocina y Restauración), se presenta como una alternativa para recuperar el interés de adolescentes en riesgo de dejar los estudios sin terminar.

Fue el caso de Martín López. Probó suerte en Peluquería e Imagen, en el Instituto de Educación Secundaria (IES) de Teis, en Vigo. Los profesores pronto se dieron cuenta de que esta rama sí le interesaba. Tanto, que no solo cambió su interés sino también su actitud. Su carácter se abrió y consiguió sociabilizar tanto con los compañeros como en su ámbito familiar. Es más, ha conseguido verse como peluquero en el futuro y proyectar retos. "Me gustaría tener mi propia peluquería. Lo que más me gusta es diseñar los cambios de look, es decir, aconsejar a los clientes para que apuesten por el cambio que necesitan. Eso sí, hay que acertar con la persona y que se sienta cómoda con ese cambio en función de su forma de ser", explica López Pérez con entusiasmo. También se ve, por ejemplo, como profesor de alguna materia de peluquería. "Sí, enseñar también me gustaría pero para eso tendría que aprobar unas oposiciones en el futuro", apunta este joven de Redondela.

Entre abril y mayo de 2017 realizó las prácticas FCT en Portugal, en una especie de Erasmus. Fueron cinco semanas acompañado de la profesora tutora. "Te hacen una prueba de la lengua del lugar al que vas y cuando regresas te vuelven a hacer un examen para ver si mejoraste en el idioma", cuenta López. Esas cinco semanas las pasó en Barcelos, en una residencia de estudiantes. "Allí trabajé en una peluquería, la verdad es que aprendí mucho, fue una experiencia muy buena, tanto de peluquería, como de masajes, depilación... ", expresa Martín. "Éramos varios estudiantes y también practicábamos entre nosotros. Los fines de semana trabajábamos en la peluquería pero también había días para excursiones con los monitores", añade.