El PP sería el gran beneficiado en Galicia por la reforma electoral que ha planteado aplicar en las elecciones municipales del año que viene para que gobierne la lista más votada y se instaure la segunda vuelta en determinados supuestos. Con sus reglas, los populares arrebatarían doce alcaldías en manos de alianzas de centro-izquierda, añadiéndolas a las 165 que tiene en la actualidad. Entre ellas se situaría Ferrol, uno de los tres símbolos de la irrupción de las mareas hace tres años. También obligaría a un segundo combate electoral en 65 municipios, incluidas cuatro ciudades: Santiago, A Coruña, Ourense y Lugo.

El modelo electoral se situó de nuevo en el centro del debate tras las elecciones en Cataluña. Podemos y Ciudadanos acercaron posturas para abogar por un nuevo método de reparto de escaños diferente al del sistema D'Hont, sin modificar la representación de cada territorio, en aras de una mayor "proporcionalidad". Conseguir esa meta constaba en el acuerdo entre la formación naranja y el PP para que este último se asegurase su apoyo a la investidura de Mariano Rajoy. Sin embargo, la propuesta de los nuevos partidos fue rechazada por PP y PSOE, beneficiados por el sistema de asignación en los lugares de menor población.

Los populares entregaron esta semana a Ciudadanos su vieja propuesta presentada en 2015 limitada a los comicios municipales, previstos para el año que viene. Y tampoco hubo acuerdo.

El sistema que defiende el PP pretende primar las listas más votadas con un mecanismo de plus de representación en los casos donde no existan mayorías absolutas. Si un partido alcanza el 35% de votos y supera a la segunda fuerza en cinco puntos, logrará automáticamente un extra de ediles que le garanticen la Alcaldía. Si logra el 30% y la segunda fuerza se queda en el 20%, también alcanzará mayoría absoluta. En caso de no producirse estos supuestos, se celebraría una segunda vuelta con las formaciones que superen el 15% para decidir la Alcaldía y la corporación se dividiría en función de los resultados del primer combate.

Ese sistema beneficiaría al PP en Galicia de repetirse los resultados de mayo de 2015, comicios en que irrumpieron las mareas logrando las tres alcaldías urbanas de A Coruña y modificando el mapa electoral de Galicia.

Con ese sistema, el PP arrebataría una docena de alcaldías en manos de la izquierda -bien en coaliciones o pactos de investidura-, municipios donde fue la lista más votada, pero una mayoría de ediles optó por otro gobierno, de acuerdo con el sistema de representación legal actual.

El caso más representativo sería el de Ferrol, donde el PP tiene 11 de 25 ediles y el 36% de votos. Con su modelo, habría retenido el bastón de mando, ahora en manos de Jorge Suárez, de Ferrol en Común. Esta fuerza obtuvo seis ediles y casi el 22% de votos, pero formó gobierno con los cinco concejales socialistas -el bipartito se rompió y ahora FeC gobierna en minoría- y recibió el aval de investidura de los dos del BNG.

También pasarían al zurrón del partido que en Galicia preside Alberto Núñez Feijóo los concellos de O Porriño, Ponte Caldelas, Lalín -la Alcaldía está en manos de Compromiso por Galicia en un tripartito con PSdeG y APAC-, Cuntis, Cangas y Cambados, en Pontevedra; A Rúa, en Ourense; Sarria, en Lugo; y Ponteceso, Sada y Cedeira, en A Coruña.

También daría la mayoría absoluta a formaciones que no la tienen en otros once consistorios. No modificaría el gobierno local, pero les habría permitido sortear los acuerdos de investidura. Son los casos de Pontevedra o Caldas.

Las segundas vueltas serían obligatorias en 65 concellos, entre ellos A Coruña, Santiago, Lugo y Ourense. En Pontevedra afectaría a 15 municipios; en A Coruña, a 26; en Lugo, a 11; y en Ourense, a 13.

Fragmentación

Muchos de ellos son consistorios de gran fragmentación política, caso de Tui, donde tienen asiento municipal ocho grupos y gobierna, tras una moción de censura, uno de los dos ediles de Converxencia XXI.

En muchos de estos concellos, la segunda vuelta quizás no alterase demasiado el resultado, pues competirían los tres grupos (PP, PSdeG y BNG) con representación y con más del 15% de votos, Es el caso de A Pastoriza, Ourol, Rábade, Portas o Poio, por ejemplo.