La polémica por el pregón satírico del carnaval de Santiago de Compostela ha llegado a las altas esferas. Después de las críticas de Julián Barrio, arzobispo de la capital gallega, y del cabildo de la catedral por culpa del discurso durante el Entroido del humorista Carlos Santiago, los reproches han llegado ahora directamente desde presidencia del Gobierno. Mariano Rajoy ha lamentado las palabras del pregonero que incluyó referencias sexuales al apóstol y a la virgen del Pilar.

"Mi apoyo a los vecinos de Santiago que quieren que las fiestas, como el pasado carnaval, sean momentos de respeto y convivencia, y esperan eso mismo de su ayuntamiento. Los pregones deberían servir para invitar a todos a la celebración, no para indignar a la mayoría", dijo Rajoy en un comunicado a través de sus perfiles en las redes sociales.

De acuerdo con el testimonio de un asistente recogido por 'El Correo Gallego', el humorista Carlos Santiago "empezó a hablar de los huevos del Apóstol, a llamar puta a la Virgen y a decir que la Pilarica le practicaba una felación al Santo". Varios de los testigos del discurso se quejaron también por considerar inadecuado el monólogo ante la presencia de niños.

El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, enmarcó, sin embargo, "dentro de la sátira y la crítica" y también "en los límites del humor" el pregón de Carlos Santiago. "Mucha gente está hablando, pero pocos han tenido la oportunidad de escuchar el pregón. Está contextualizado dentro de la sátira y crítica de un espacio de carnaval y dentro de los límites del humor, que no siempre tienen que gustar", dijo, para lamentar la "ola represiva que intenta regular la libertad de expresión y los derechos fundementales" que a su juicio subyace tras las críticas vertidas por el PP y la Iglesia.