"No es lo mismo una residencia de ancianos que un bloque de pisos donde se reservan viviendas para ancianos, y tampoco es lo mismo un bus de uso general donde pueden ir alumnos que un transporte escolar, porque lalegislación, las medidas de seguridad y control, ... son diferentes". Con esta comparación, Rogelio Carballo, presidente de la Federación de Anpas de centros públicos de Pontevedra, quiere explicar el por qué del rechazo a usar el servicio regular de autobús como transporte escolar.

"La Xunta quiere cargarse el transporte escolar como tal. El transporte escolar es un servicio específico, un servicio complementario de Educación, y si la Xunta elimina rutas escolares y las integra en las de servicio general supone un retroceso", expone Fernando Lacaci, portavoz de la Federación de Asociacións de Nais e Pais do Alumnado . Los representantes de los padres ya mostraron en septiembre su rechazo a que 10.000 niños compartieran bus para ir al colegio con mayores, pero aceptaron "con concidiones y reservas" porque era en beneficio del rural gallego. "Nos prometieron que la prioridad siempre serían los escolares, y que no habría cambio de rutas, ni de paradas, y que los niños no pasarían más tiempo en el autobús", afirma Lacaci. "No queremos niños okupas en los autobuses del servicio regular", remarca.

Ahora que la Xunta se propone extender este modelo, en la segunda fase para completar la reordenación del servicio de transporte público por carretera, vuelven a encenderse las alarmas. "Entonces no explicaron que las líneas escolares habían de convertirse en líneas regulares por una cuestión de encaje jurídico, pero insistieron en que era una formalidad y que se mantenía el servicio de transporte escolar como prioritario", explica Lacaci. Sin embargo, cuando descubren que en la segunda fase del Plan de Transporte se deja de hablar de "líneas de transporte escolar que serán usadas por el conjunto de la ciudadanía", como se vendió en septiembre desde la Xunta, y "claramente se alude a la desaparición de servicios de transporte escolar y su conversión en un servicio de uso general integrado", se preocupan por las intenciones reales de la Xunta.

"El transporte escolar es un servico específico con unas exigencias más estrictas que el transporte de uso regular: la edad de los vehículos, las medidas de seguridad, ...", expone Rogelio Carballo, quien se pregunta: "Si el transporte de uso general es un servicio de interés general, y este interés general no coincide con el interés del estudiantado, que puede suceder, ¿qué primará el de los alumnos o el de los demás viajeros?"

"Nos explicaron que legalmente no se sostenía que hubiese mayores en el transporte escolar pero nos prometieron que la prioridad serían los alumnos. Exigimos entonces y no renunciamos a ello: no puede haber cambios en las rutas, ni más paradas, ni que los niños pasen más tiempo en el autocar", advierte Rogelio Carballo. "Si legalmente no es un transporte escolar, ¿hasta qué punto podemos exigir que los niños vayan todos juntos en el autobús o que vayan con cuidador? Es un retroceso en un derecho consolidado", lamenta este representante de los padres de alumnos.

Por su parte, la Xunta defiende las líneas de autobús compartido, pues "permiten maximizar la demanda de líneas de autobús en zonas de baja demanda donde no sería posible el paso de una línea regular". Sostiene que todas estas líneas, ahora 491, el 10% de las líneas de transporte escolar, "cuentan con servicio de acompañante". "En los cinco meses en funcionamiento, no se produjo ningún incidente destacable en este proceso de integración", mantienen desde la Consellería de Infraestructuras.