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La atención a la tercera edad

Más de 1.500 mayores esperan en Galicia por una plaza en una residencia pública

La comunidad gallega es la quinta del Estado con menos cobertura -Los centros privados rozan el lleno y advierten del déficit de camas en Pontevedra o Ferrol

Conciertos

Según explica el presidente de Agarte, la Xunta les paga 40 euros por plaza concertada, pero en los últimos concursos se ha rebajado entre un cinco y un diez por ciento el precio. "Muchas empresas se plantean ya si les compensa. Sobre todo si están situadas en ciudades como Vigo y A Coruña donde no tienen problema por llenar las plazas", alerta José Manuel Pazos.

El coste para la Xunta de una plaza concertada es un 1,4 por ciento mayor que en la pública: 18.250 euros al año en una residencia privada frente a los 17.998 si es de titularidad autonómica.

Galicia es la segunda autonomía más envejecida de España y en los próximos quince años el peso de los mayores se incrementará un 20 por ciento y representará ya un tercio de la población. Para atender a este colectivo existen 21.137 plazas en residencias de la tercera edad. No son suficientes. Según los datos del Imserso en su último informe sobre Las Personas Mayores, la comunidad gallega es la quinta, empatada con Baleares, con la cobertura más baja de plazas en relación al número de personas de más de 65 años. Y la patronal de los geriátricos, la Asociación Gallega de Residencias de la Tercera Edad (Agarte), calcula que hay más de 1.500 mayores en lista de espera. Y estos son solo los que tienen autonomía, a esta lista habría que sumar los dependientes: casi 12.000 aún aguardan por alguna prestación que puede ser desde una paga económica, un centro de día, residencia o ayuda a domicilio.

Pero la lista de espera está solo en la pública. En los centros de la tercera edad de iniciativa privada todavía no se cubren todas las plazas, aunque prácticamente rozan el lleno. El presidente de Agarte, José Manuel Pazos, cifra la ocupación en un 96 por ciento. "Se puede decir que es un lleno técnico porque siempre hay un margen para la rotación de usuarios", explica. Y apunta que hacen falta más plazas y que la Xunta amplíe los conciertos con las residencias privadas para aumentar la cobertura subvencionada. En concreto, el presidente de la patronal de residencias advierte que hay déficit de plazas en Pontevedra y Ferrol.

Sin embargo hace solo tres años en las residencias privadas no llenaban las camas. Según los datos del Imserso, en 2015 estaban vacantes 2.600 plazas en geriátricos, el 12 por ciento del total. "El hecho de que no estén todas ocupadas significa que los centros privados no cubren el 100 por cien de ocupación", aclaran desde la Consellería de Política Territorial.

Desde Agarte explican que "no fue tanto porque sacaran a los mayores de las residencias sino porque no entraban nuevos usuarios". Durante la crisis los miembros de muchas familias se quedaron en paro y esto les permitió cuidar a sus mayores en casa y evitar así pagar el coste de una residencia.

"Pero a partir de 2015 volvió a aumentar la demanda y es previsible que siga creciendo y se necesiten nuevas plazas", aventura José Manuel Pazos.

La clave, en su opinión, es que en la ubicación no se sigan criterios políticos sino de demanda. El presidente de Agarte explica que se planificó un elevado número de centros de mayores en zonas del rural y que, al final, "el 90 por ciento de estas plazas las cubren usuarios de zonas urbanas a los que hay que desplazar porque en las ciudades no hay camas".

En Galicia hay 49 residencias de la tercera edad de titularidad pública con 6.976 plazas y 178 centros de mayores privados con más de 14.100 camas, alrededor de 6.000 están concertadas con la Xunta.

El índice de cobertura en Galicia en relación a su población mayor es de 3,20 por cada cien mayores, la más baja solo por detrás de Andalucía, Canarias, Comunidad Valenciana, Murcia y empatada con Baleares.

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