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La desertización amenaza ya al 12% del territorio gallego

Más de 350.000 hectáreas están en grave estado de degradación por talas indiscriminadas e incendios

Los incendios y las talas indiscriminadas están dejando el territorio gallego sin la cobertura vegetal necesaria para proteger el suelo, que queda a merced de la erosión provocada por el viento y la lluvia. Y las consecuencias son graves puesto que este suelo no solo es el sustrato en el que nace la vegetación, sino que además actúa como una depuradora natural que filtra el agua de la lluvia y llena los acuíferos subterráneos. La Consellería de Medio Rural advierte que el 12 por ciento del territorio gallego sufre "procesos erosivos graves por pérdidas de suelo elevadas". Esta degradación, que amenaza con convertir en áridas y desérticas estas tierras, afecta a 350.000 hectáreas que la Xunta considera de "actuación prioritaria" en su nuevo Plan Forestal.

Se basa en los datos del Plan Nacional de Lucha contra la Erosión. Según su última referencia de 2017, el 40 por ciento del territorio gallego sufre erosión, aunque la situación más grave afecta a un 12 por ciento de la superficie de la comunidad autónoma, una extensión equivalente al 80 por ciento de la provincia de Pontevedra. Este deterioro del suelo provoca que la vegetación tenga menos nutrientes para crecer y fortalecerse y, por lo tanto, también empeora la salud de las masas forestales. Por lo tanto, con el tiempo estas tierras dejarán de ser fértiles y productivas. Pero además también tiene un efecto importante sobre el agua.

El suelo filtra el agua y la depura. Sin este sustrato se crea un manto impermeable que hace que cuando llueve el agua, en lugar de ser absorbida por la tierra, se deslice pendiente abajo arrastrando todos los sedimentos hacia los cauces fluviales. No solo aumenta el riesgo de inundaciones sino que enturbia el agua de los ríos porque llega llena de residuos.

El diagnóstico de Medio Rural es rotundo: "es consecuencia de los usos inadecuados del suelo por una mala gestión del territorio". Además de los incendios, que de media afectan cada año a unas 25.000 hectáreas de territorio, la consellería cita las talas "a echo", que consisten en cortar todos los árboles de una zona y retirar con maquinaria pesada los que sean maderables, arrancando los tocones de cuajo. A consecuencia de estas cortas indiscriminadas queda expuesta a la erosión cada año una superficie de 30.000 hectáreas.

A esto se suma el excesivo aprovechamiento de la biomasa, que ahora se usa como fuente energética. Si antes se dejaban los restos de corta en el monte, y actuaban como una barrera frente a la erosión, ahora se recoge todo.

Ante esta situación, Medio Rural propone "actuaciones prioritarias" en terrenos afectados por el fuego. En el caso de las talas, plantea manuales de buenas prácticas para que tras la corta se acometan inmediatamente tareas de reforestación. Además en terrenos con mucha pendiente propone practicar una silvicultura "más moderada" y que no se transformen en tierras agrarias parcelas con pendientes superiores al 30 por ciento.

LAS CAUSAS

  • Los incendios forestales: Cada año de media los incendios arrasan en Galicia unas 25.000 hectáreas. Pero esta cifra se disparó en 2017. Solo en la ola de fuegos de octubre ardieron 50.000.
  • Por talas: 30.000 hectáreas: Las talas "a echo", que consisten en cortar todos los árboles de una misma zona, dejan desprotegida una zona de 30.000 hectáreas cada año.
  • El "boom" de la biomasa: El aprovechamiento de la biomasa provoca que ya no quedan restos de madera procedentes de las talas en los montes. Todo se recoge y el suelo queda desnudo.

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