La renovación de las direcciones provinciales del PSdeG no se cerró ayer, pero el proceso dejó al secretario xeral, Gonzalo Caballero, con la única posibilidad de situar a un candidato afín al mando de Ourense, la de menor poder frente a las tres en que los socialistas dirigen las diputaciones (Pontevedra, A Coruña y Lugo). Allí, Rafael Rodríguez Villarino, alcalde de Amoeiro, fue el más apoyado por las bases, pero al no superar el 50% de votos, se medirá en la segunda vuelta con la diputada Noela Blanco el día 30. El exlíder de la formación, Pachi Vázquez, se quedó fuera de la contienda. Mientras, en A Coruña se cumplieron los pronósticos y venció con casi el 69% de respaldo Valentín González Formoso, presidente de la diputación, derrotando a la exedil santiaguesa Mercedes Rosón, cercana a la dirección gallega.

Las cúpulas provinciales son unas estructuras claves en el funcionamiento del PSdeG y un contrapoder a la hora de aplicar el "nuevo tiempo" que prometió abrir Gonzalo Caballero. Este criticó con dureza el papel de las "baronías" en el pasado, pero ahora deberá lidiar, al menos, con tres de ellas que no apoyaron su proyecto. Hace dos semanas, alcanzaron los timones de Pontevedra y Lugo David Regades y Álvaro Vila, representantes del sector del alcalde de Vigo y del besteirismo, respectivamente.

El resultado de estas consultas a las bases evidencia que el cambio profundo que prometió aplicar Gonzalo Caballero requerirá dosis de negociación. Los intentos de situar a afines en los centros de mando provinciales no fructificaron a falta de concretarse la elección en Ourense, provincia con gran división interna. Rodríguez partirá con ventaja para ser el único responsable provincial gonzalista, pues logró 426 votos frente a los 336 de Noela Blanco, diputada que apoyó al rival del líder autonómico en las primarias. Por su parte, Vázquez logró 307, después de que en plena campaña la Fiscalía pidiese juzgarlo por una prevaricación cuando era alcalde de O Carballiño, caso que forzó su dimisión como diputado en 2015. "Ha habido tres ganadores: los candidatos y la Fiscalía", se quejó Vázquez.

La búsqueda de pactos de Caballero en Pontevedra, Lugo y A Coruña se prevé necesaria para armar el partido, que tiene ya la vista puesta en las elecciones municipales de 2019, si bien también está condicionado por cómo afecten a la marca PSOE las elecciones catalanas y posterior desarrollo de los acontecimientos.

La elección de las listas municipales -propuestas por las agrupaciones locales, pero refrendadas por Ferraz- será el escenario en que con mayor nitidez se comprobará si todo el partido rema en la misma dirección, como pidió el secretario xeral en el congreso del sábado que ratificó a Regades como líder pontevedrés. Este lanzó un mensaje de paz con una ejecutiva de consenso. Ahora quedan por dilucidar el resto de escenarios. La composición de la ejecutiva lucense de Álvaro Vila -portavoz socialista en la diputación, cuyo presidente, Darío Campos, no se postuló a este proceso- se conocerá el viernes.

En A Coruña, Formoso cumplió ayer los pronósticos que lo situaban como favorito y se impuso a Rosón tras una campaña en la que esta llegó a poner en duda su condición de socialista. El también alcalde de As Pontes dio el paso para competir por la dirección provincial presionado por los suyos. Ayer declaró que "el resultado avala una forma de hacer política", en alusión a los ataques de Rosón, y pidió "hablar de contenido" a partir de ahora para ofrecer una respuesta "viable" en forma de políticas para la ciudadanía. "Debemos trabajar para dar contenido a un proyecto para reconectar con los ciudadanos", expuso.

El congreso en que dará a conocer su ejecutiva será el 13 de enero y tiene el reto de coser un partido dividido -en un principio hubo siete aspirantes a secretario provincial- y en el que las mareas locales le asestaron un duro golpe, haciéndose con los bastones de mando de A Coruña, Santiago y Ferrol -gracias al apoyo socialista- y constituyéndose como antagonistas del PP.

En Ourense, el alcalde de Amoeiro confió en lograr imponerse en la segunda vuelta prometiendo "formar un partido que sea la alternativa real" al PP y anunció que buscará "contar con los votos de todos", en alusión a los apoyos cosechados por Pachi Vázquez, que decidirán el duelo con Blanco. La diputada defendió su proyecto para "pasar página de lo que fueron los últimos años del PSdeG en la provincia". "Mi pacto es con la militancia, no con otra candidatura", avisó, en alusión a la búsqueda de apoyos.