"No soy monedita de oro para gustarles a todos". La valedora do Pobo, Milagros Otero, hace un balance positivo del trabajo hecho al frente de la institución y es consciente de que, por el carácter de su cargo, puede "chocar puntualmente" con las administraciones. Por eso, no aspira a la aprobación "de todo el mundo", pero sí reivindica su actuación "imparcial" frente a quienes lo ponen en duda.

En una entrevista concedida a Europa Press, Otero rechazó que le pongan "carteles" y las críticas de quienes la han llegado a tildar de "valedora del PP". "Yo creo que el pueblo gallego sabe que eso no es verdad. Es con mis obras con las que tengo que demostrar mi trabajo y me remito a las pruebas, a los informes, a las actuaciones", aseveró.

A su juicio, a veces para realizar la "defensa política" sobre una cuestión se adoptan determinadas actitudes, pero ella ni es de "polemizar en la prensa" ni cae en "descalificaciones". "Confía" en la percepción de los gallegos, "un pueblo inteligente", y se ve no solo activa, "sino imparcial, que es muy importante".

Por ello, no quiere "ni siquiera entrar a discutir" sobre "ser o no la Valedora del PP". "Cuando una persona me lo dijo una vez en el Parlamento, simplemente le contesté 'míreme a los ojos'. Levanté la vista, le miré a los ojos y le dije: 'usted sabe que eso que me está diciendo no es verdad'", señaló, antes de subrayar su "imparcialidad".

"Cuando dos personas piden lo mismo, no puedes darle la razón a las dos, y la parte a la que no se la das suele quedar descontenta. Pero una cosa es que quede descontenta y otra, que diga que no se ha escuchado su caso o que no se le ha atendido con imparcialidad", reflexiona esta catedrática de Filosofía del Derecho quien asume el "desgaste" que, "inevitablemente", conlleva el cargo.

Tras más de dos años al frente del Valedor, constató que los problemas "evolucionan" porque "la sociedad también cambia". Por ejemplo, recuerda cuando tomó posesión el peso que tenían las quejas por las preferentes, mientras que ahora, con especial intensidad después de la ola de mediados de octubre, están en el foco los incendios.

"No cambian tanto los ámbitos porque todos tenemos que acudir en algún momento de la vida a servicios sanitarios o de educación", apuntó, antes de constatar que el Valedor registra "más quejas". Pero, a su modo de ver, esto "no es negativo" porque "sería muy grave que la sociedad no se quejase".

En este sentido, hizo hincapié en los avances relativos a mejorar el conocimiento de la institución. Para profundizar en ello, aspira a "aumentar las visitas y el contacto con el rural, que posiblemente lo necesite mucho más que las zonas urbanas". También incrementará la presencia de la institución "en conferencias, charlas, y todo lo que permita abrir vías de conocimiento".

Otero también recalcó que fue "muy importante" que la institución "esté físicamente abierta por las mañanas y por las tardes excepto en las tardes del mes de agosto". Y destaca la asunción de nuevas responsabilidades en el Valedor, ahora comisionado de la transparencia en la comunidad, un "encargo" que no ha ido acompañado de "refuerzo económico" alguno.

Por falta de transparencia en la administración, el Valedor ha recibido más de un centenar de reclamaciones, de las que se han resuelto unas 80.