Desde el comienzo de la crisis, las administraciones central y autonómica han reducido la partida que dedicaban a subvencionar a las empresas. Por ejemplo, en 2010 y 2011 el desplome de los apoyos rondó el 20% y en 2013 y 2015 superó el 40%. Pero la recuperación también ha llegado a este tipo de ayudas ya que en 2016 aumentaron en 33,9 millones o lo que es lo mismo, un 26,3% más que en 2015.

Sin embargo, el comportamiento de ambas administraciones ha sido desigual. Con respecto al año anterior, el Estado incrementó en 2016 el apoyo al tejido empresarial gallego en un 266% (40,8 millones más), mientras que la Xunta lo redujo un 6% (7,1 millones).

Aún así, el Gobierno gallego sigue siendo el que más aporta: un 65% frente al 35% de la administración central. Hasta 2011, el Estado era el que más subvenciones y ayudas otorgaba a las empresas en Galicia (58% frente a 42% de la Xunta). Pero a partir de ese momento, esta última recogió el testigo, sobre todo debido al desplome de la partida estatal.

De los 162,4 millones que recibieron las firmas gallegas el año pasado, 106,3 correspondieron a la Xunta y 56,1 al Estado, según el informe Radar de las Administraciones Públicas 2016, que elabora Axesor, que tiene en cuenta tanto las subvenciones como las ayudas públicas otorgadas a las sociedades mercantiles.

Las subvenciones son la entrega de financiación sin ningún tipo de contraprestación, aunque están sujetas al cumplimiento de un determinado objetivo. En cambio, las ayudas son una entrega dineraria que sí tiene una contraprestación económica, pero siempre a unas condiciones mejores que las del mercado.

En la partida de la Xunta no aparecen los préstamos y avales que concede el Igape. Estos son menos costosos para las administraciones ya que, a diferencia de las subvenciones, se puede recuperar el importe invertido. Por eso, los avales y los préstamos han sido el principal instrumento que ha utilizado la Xunta para ayudar a las empresas gallegas, sobre todo, durante la crisis.

El incremento del 26% de la financiación a las empresas en Galicia durante el pasado año fue el quinto mayor de las 17 comunidades y solo se vio superado por los de Canarias (113%), Cantabria (65%), Baleares (37%) y Navarra (28%).

La tasa de variación con respecto a 2015 solo fue positiva en estas cuatro autonomías, además de en Galicia y en Andalucía (25%).

En las otras 11 fue negativa y destacó el desplome superior al 35% de Cataluña, Valencia y Castilla y León.

El tejido empresarial gallego fue el sexto que más dinero recibió de todo el país. Las empresas madrileñas se colocaron a la cabeza en financiación pública. El año pasado percibieron 361 millones (un 17% del total), lo que supuso un incremento del 11% con respecto a 2015.

Las empresas canarias fueron las segundas que más dinero se embolsaron con 313 millones (el 15%), tras un alza del 113%. En tercer lugar se situó el País Vasco, con 202 millones, un 9,8% del total. En el lado opuesto destacó Baleares, con solo 6,7 millones.

Si se observa el promedio entre 2008-2015, la situación es ligeramente diferente. El tejido empresarial madrileño obtuvo cada año de promedio 708 millones (el 20,5% de la financiación), seguido del catalán (415 millones y una representatividad del 12%). En la tercera plaza se encuentra Andalucía con 384 millones (el 11,1% del total).

En general, la mayoría de las comunidades recibieron en 2016 una financiación inferior al promedio de 2008-2015. Las excepciones fueron Canarias, con una partida de 313,7 millones frente a su promedio habitual de 129, y Cantabria, que obtuvo 70,8, mientras que la media en los años anteriores fue de 41,8.

Las empresas gallegas recibieron en el periodo 2008-2015 de media 264 millones al año. Es un 63% menos que los 162 que se embolsaron en 2016.

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