En los últimos años empieza a resultar habitual la asociación de vacuna y de falta de abastecimiento. Lo saben muy bien los padres que recurrieron a las boticas portuguesas para conseguir dosis de la inyección contra la meningitis B para sus pequeños, pero incluso ocurrió en las incluidas en el calendario oficial, como es el caso de la tos ferina, que el Sergas está tratando de poner al día en las cohortes no protegidas. Ahora le toca a la hepatitis B, pero el problema de suministro, del que ya avisó el Gobierno español en agosto y del que ahora se hacen eco las autoridades gallegas, no afectará a los niños, sino a los adultos.

En este caso los problemas de suministro se dan con la versión de la inyección para mayores, de la que no hay producto "suficiente" y el problema es internacional. Lo previsto es que se recupere en el primer semestre de 2018, pero ante la falta de una fecha más concreta, la Xunta prefiere tomar medidas y restringir, aunque de forma muy limitada, los colectivos a los que va destinada, según confirma el subdirector xeral de Saúde Pública, Xurxo Hervada, quien indica que los mayores que suelen protegerse de esta dolencia oscilan entre los 14.500 y los 15.000 por año.

La decisión del Sergas es administrar la inyección "exclusivamente" a una serie de grupos de riesgo, con la siguiente "prioridad": personas con una exposición de riesgo, contactos sexuales y convivientes de personas infectadas con hepatitis B, pacientes con enfermedad renal crónica en prediálisis o diálisis, pacientes con hepatopatías crónicas, personas transplantadas, infectados por VIH, sanitarios y varios colectivos más, como personas con conductas sexuales de riesgo, usuarios de drogas por vía parenteral, personal e internos en instituciones penitenciarias, receptores de hemoderivados de forma continuada, personas a las que se les diagnosticó en fecha reciente una infección de transmisión sexual y los viajeros a países con alta endemia de la enfermedad y comportamientos de riesgo.

Hervada incide en que la afección será pequeña porque los adultos de menos de 35 años en un alto porcentaje (80% de cobertura en el caso de los de edades de 20 a 35 e incluso más entre los de edades más jóvenes) están vacunados. Galicia, explica, se decidió a sacar la restricción porque a pesar de "no tener muchos problemas de suministro", se desconoce el mes exacto en que se normalizará, por lo que se ha optado "asegurar que la gente que más riesgo tiene" reciba la inyección.

Si la inyección se normaliza en el primer semestre de 2018, recalca, la restricción será "pequeña" y en aquellos que tienen "menos riesgo". De hecho, la nota informativa de la Consellería de Sanidade incide en que la vacunación se realizará con la pauta habitual de tres dosis (pero no la versión acelerada) y aclara que por la baja incidencia de la infección (18 casos en 2016 en Galicia) y la baja prevalencia de portadores "no se iniciarán" pautas en los no incluidos en los grupos de riesgo. La vacuna post-exposición se considera prioritaria.