En el cupo de un médico de familia pueden pasar al día por la consulta cinco pacientes para el control del Sintrom, el anticoagulante oral del que dependen miles de personas con riesgo de sufrir accidentes vasculares, ictus, trombosis o embolias. Gran parte de estos pacientes son mayores y que puedan llegar a controlar ellos mismos su tratamiento desde casa, sin tener que desplazarse al centro de salud, es un reto.
La Consellería de Sanidade pretende implantar "el control del Sintrom" desde casa en 2018. "Empezamos ahora con las primeras pruebas en pacientes con los aparatos necesarios para que funcione desde el hogar", explica Antonio García Quintáns, subdirector xeral de Ordenación Asistencial e Innovación Organizativa. Se trata de medir el ritmo cardíaco y la tensión desde el hogar, así como el control del peso y de la coagulación. A través de las nuevas tecnologías se traslada la información al doctor y será el propio sistema el que determinará si los indicadores son normales o, en caso de alerta, el paciente debería pasar por consulta. Algo similar, de control a través de las nuevas tecnologías, se puso en marcha con la hipertensión, la diabetes, insuficiencia cardíaca o la apnea del sueño.
Ahora es el turno de los pacientes con fibrilación auricular o arritmia cardíaca. Para el presidente de la Asociación Galega de Médicos de Familia, Jesús Sueiro, la principal dificultad es que los pacientes mayores sean capaces de realizar las acciones de control e introducir los datos en el sistema para que el doctor pueda recibir la información, supervisarla y tomar decisiones sobre el tratamiento. "Me refiero a la población mayor. Les será más fácil a los que tengan familia en casa", cuenta Sueiro. En cuanto a los aparatos necesarios no le parece complicado. "Sería un glucómetro o algo similar con las tiras reactivas para medir el parámetro anticoagulación. Se utiliza el índice INR y para estar bien debe hallarse entre 2 y 3", describe el doctor. Para completar el kit en casa sería necesario un aparato para medir la tensión y el pulso (tensiómetro) y una báscula para el control del peso.
Sanidade pondrá en marcha esta medida en el marco del programa Activage Galicia, una iniciativa para materializar soluciones de telecuidado en el hogar y en la detección temprana de riesgos asociados al envejecimiento y el deterioro cognitivo. En este proyecto europeo participan siete países, con un presupuesto de 25,3 millones de euros para los próximos cuatro años. Las consellerías de Sanidade, Política Social y la Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia (Amtega) son las encargadas en la comunidad gallega. Partiendo de las experiencias en teleasistencia, Política Social planteará ir más allá para el cuidado del paciente con necesidades a través de la domótica, según explicó la directora xeral de Maiores e Persoas con Discapacidade, Fabiola García. Según Amtega, la Administración autonómica "apuesta por un modelo de hogar digital sociosanitario que a través de una plataforma tecnológica permita la prestación tanto de servicios sanitarios como sociales en el domicilio de los usuarios". Cruz Roja y Televés colaboran en el desarrollo de las pruebas piloto para el hogar digital con 700 usuarios: 100 con necesidades puramente clínicas, 450 usuarios de prestaciones sociales y 150 con necesidades sociales. "Estas pruebas permitirán sentar las bases de la cartera de servicios sociales prestadas desde el hogar", apunta Amtega.
