Aunque la Xunta defiende que los medios que se movilizaron para responder a la crisis incendiaria del pasado mes octubre fueron suficientes, desde la UE ven necesario reforzar la respuesta de los estados miembros ante catástrofes como los incendios que este año asolaron España y Portugal. "Cuando se produzca una catástrofe quiero que la Unión Europea ofrezca algo más que sus condolencias", defendió ayer el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker. Por esta razón prevé la creación de RescEU, una reserva dotada con medios como aviones de extinción, bombas de agua, equipos de búsqueda y rescate urbano, hospitales de campaña y equipos médicos de emergencia, que actuará para ayudar a aquellos paises que se vean sobrepasados por una situación de emergencia.

"Las tragedias del pasado verano han puesto de manifiesto que nuestro sistema de respuesta en caso de catástrofe ha alcanzado sus límites en su formato actual, de carácter voluntario", explicó el comisario de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, Christos Stylianides.

En Galicia ardieron solo en octubre 49.000 hectáreas, las llamas desataron el pánico por su cercanía a zonas pobladas y cuatro personas murieron. En Portugal hubo más de 40 fallecidos y 70 heridos en una de las peores olas de incendios que sufrió el país.

El Gobierno español reclamó ayudas del Fondo de Solidaridad de la Unión Europea para paliar los "enormes daños" provocados por los recientes incendios, como también hizo Portugal.

Pero la Comisión Europea quiere ir más allá. Su propuesta es completar los medios de los que disponen los estados miembros para hacer frente a estas catástrofes. El comisario de Ayuda Humanitaria explicó que la idea no es adquirir los equipos sin alquilarlos y desplegarlos por Europa, aunque no ha dado más detalles a la espera de que sean los expertos quienes evalúen las necesidades y la viabilidad del proyecto.

El coste de este dispositivo estará cubierto por el presupuesto comunitario y será el Ejecutivo europeo el que tenga "el control operativo" de los medios y decidirá su despliegue.

Además, el proyecto presentado ayer por Bruselas contempla también ofrecer fondos específicos a los estados miembros para que costeen la adaptación, reparación, transporte y funcionamiento de los recursos de los que disponen.

La tercera pata de este sistema europeo de emergencias va dirigida a reforzar la prevención. Se trata de orientar los fondos estructurales, inversiones y el fondo de solidaridad a poner las bases para evitar que se puedan repetir catástrofes como los incendios.

A pesar de estar ya a finales de noviembre, Galicia sigue sufriendo fuegos forestales.Los últimos se registraron en la parroquia de Celavente, en el municipio ourensano de O Bolo, donde las llamas calcinaron un total de 146,71 hectáreas, y en Ribadeo, con más de 40 hectáreas ardidas.

Las consecuencias de los incendios forestales siguen centrando también el debate político. Los tres grupos de la oposición gallega, En Marea, PSdeG y BNG pidieron a la Xunta medidas para evitar las "consecuencias negativas" que los fuegos registrados en octubre puedan tener sobre el turismo. Ante ello, el PPdeG aseguró que no han recibido ningún aviso de incidencias desde el sector.