“Que la catedral permanezca abierta” es el “principio inspirador” de todas las actuaciones y medidas que se tomarán de cara a su puesta a punto en 2021, fecha del próximo Año Santo. No obstante, y dado que las obras de restauración del templo llegarán el año que viene y hasta 2019, según las previsiones, al interior de la basílica, el culto sufrirá “restricciones”. Así lo acaba de anunciar en Santiago el director de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo, quien no quiso fijar un momento concreto en el que empezarán a estar afectados los servicios pero reconoció que habrá “limitaciones lógicas” en función de las obras.

El culto “inevitablemente se verá reducido en aforo y horarios”, explicó en un acto en el que representantes de la Fundación Catedral y de la Consellería de Cultura realizaron un balance de las obras realizadas hasta el momento y de lo que queda (lo más gordo) para el “lifting” integral que se financiará con alrededor de 30 millones de euros, de los que se han invertido más de nueve hasta ahora. “Una vez que comiencen las obras en el interior”, explicó, “será imposible mantener el culto en horario de mañana de lunes a viernes”, aunque podrá celebrarse en alguna capilla. En todo caso, indicó que salvo que en momentos puntuales “resulte totalmente imposible, la Misa del Peregrino en horario de tarde se mantiene” en la catedral. “Igualmente los sábados y domingos se recuperará el horario de mañana habitual”, confirmó.

Habrá más cambios y para que tanto turistas como peregrinos como fieles estén puntualmente informados se editará un boletín mensual que recopilará la evolución de las obras y cómo estas afectan al desarrollo de la liturgia, aunque en principio está previsto que no se vean afectadas las visitas, que no obstante podrían sufrir modificaciones en su recorrido. En ese aspecto, también llegará un momento, indicó Lorenzo, en que será “imposible” acceder a las cubiertas de la basílica.

Balance de obras

En el repaso a las obras realizadas, se mencionó la Torre del Reloj, la fachada de la Azabachería, el Pórtico Real, las cubiertas del Pórtico de la Gloria y las dos torres de la fachada del Obradoiro. Estarían en ejecución las del cimborrio, las de la fachada del Obradoiro, con su terraza y cripta, los zócalos de la Capilla Mayor y las cubiertas dela cabecera. Además, se avanzó el plan para los próximos años, 2018-2020, que desde la Fundación Catedral sintetizan en que en 2018 se realizarán actuaciones en cubiertas de la nave principal y crucero, cubiertas del ala norte del claustro, cubiertas y fachada oriental del claustro y Torre del Tesoro, paramentos y bóvedas de la nave central y transepto y Capilla del Cristo de Burgos, y que en 2019 integrarían el baldaquino y rejas del Altar Mayor, las pinturas de la Capilla Mayor y paramentos y bóvedas de la girola.

Las actuaciones ya realizadas, entre 2013 y 2017, supusieron 9,2 millones de euros de inversión, a los que se sumarán algo más de quince millones hasta 2020 del convenio entre el Ministerio de Hacienda, la Xunta de Galicia y la Fundación Catedral, a los que añadirían otros 2,1 millones de aportación de esta última. El objetivo, subrayó Lorenzo, es "recuperar la esplendorosa belleza" ya recogida en el Códice Calixtino de un templo que, según subrayó Román Rodríguez, es un "icono de Galicia". Todas las instituciones que colaboran, enfatizó, tienen en el punto de mira que esté "en perfecto estado de revista" en 2021, cuando el mundo mire hacia la comunidad en el próximo Xacobeo.