Pocas viviendas se encuentran ya en las ciudades gallegas sin conexión a Internet, una herramienta que se ha convertido en un fijo de los gastos mensuales de muchas familias. Para muchos es imprescindible porque su manera de consumir información, ocio, hacer compras o para trabajar. Ocho de cada diez casas de las zonas urbanas pagan su conexión mensual. Sin embargo, en las áreas rurales de Galicia Internet conquista espacios a un ritmo más lento. El 37% de los hogares no dispone de conexión.

La estructura dispersa de los núcleos de viviendas y el envejecimiento de la población en Galicia, que se agudiza en zonas rurales de las provincias del interior de la comunidad, es todavía una barrera para la expansión de las nuevas tecnologías. La media gallega dice que el 71,5% de los hogares incluyen Internet entre sus facturas mensuales. Si nos acercamos a zonas más pobladas, el porcentaje sube al 80,7%, pero si vamos a donde la densidad de población no supera los 100 habitantes por kilómetro cuadrado, baja al 63%. En la provincia que más se nota la diferencia es Ourense. Allí poco más de la mitad de los hogares están conectados a la Red. También están por debajo de la media las zonas rurales de la provincia de Lugo, con un 62%, mientras que Pontevedra se ajusta a la media gallega. Solo se encuentra por encima A Coruña, con una penetración de la conexión a Internet en zonas rurales del 67,9%. Los datos provienen de un estudio del año 2016 realizado por el Observatorio da Sociedade da Información e a Modernización de Galicia (OSIMGA).

Aunque la llegada de Internet a las zonas rurales ha mejorado mucho en los últimos años, es cierto que todavía quedan áreas de sombra o en las que la calidad de cobertura de red no es buena y carecen de banda ancha. En el último recuento de Ministerio de Industria, 1.853 lugares de Galicia carecían de un servicio de última generación. La mayor parte de ellos, 747, se encuentran en Pontevedra. Le sigue A Coruña, con 705, Ourense, con 291, y Lugo con 107. Sin embargo, no es este uno de los motivos más esgrimidos por la población de las zonas más rurales de Galicia para no disponer de Internet en casa. Solamente el 7,2% afirma que no es posible contratarlo en su área de residencia. Las razones más populares -se puede tener varias- son simples: no se necesita, no se quiere, no es útil, no se sabe utilizar o se desconoce. El 58% considera que no le hace falta y la mitad no lo quiere. Casi el 40% tampoco sabría qué hacer con Internet y el 32% ni lo conocen.

El perfil apunta a personas de edad avanzada a las que las nuevas tecnologías les llegan un poco tarde. De hecho, si se analizan los hogares del rural gallego por la presencia o no de estudiantes en él, las cifras cambian mucho: el 91% de los domicilios en los que vive un estudiante tienen Internet. Si no hay ninguno en casa la cifra se desploma hasta el 61%.

El 24% de los hogares del rural sin conexión a la Red cita motivos económicos como el alto coste de los equipos necesarios, o el elevado precio de la conexión en el 26% de los casos. En el análisis por ingresos del hogar se puede ver que solo las unidades familiares que ingresan más de 2.700 euros al mes igualan el porcentaje de implantación de la conexión a Internet en las zonas urbanas, con un 83%.

Los hogares en el rural con conexión a Internet tienen un perfil claro: el núcleo familiar está formado por tres o más personas, entre las que se encuentra al menos un estudiante y los ingresos son altos y superan con frecuencia los 1.800 euros al mes. En un mundo cada vez más conectado, son muchos los trámites, administrativos o personales, que se pueden resolver cómodamente en un par de clics. El 57% de los habitantes del rural ha utilizado el ordenador en los últimos tres meses frente al 79% de los que viven en zonas urbanas. Las cifras del rural se van por encima del 80% cuando el usuario tiene entre 16 y 44 años. Los porcentajes se mantienen muy altos para aquellos que tienen estudios iguales o superiores a Secundaria. El 20,8% ha realizado compras por Internet en los últimos tres meses -es un 33% en las ciudades-. La menor brecha entre rural y urbano se da a la hora de realizar trámites con Administración: el 68,5% lo hace desde zonas rurales frente al 74% de las más urbanizadas.