La Xunta gravará con un canon a los propietarios de edificios ruidosos situados en cascos históricos y núcleos rurales que sean delimitados por la Administración autonómica como "áreas de regeneración urbana" o áreas Rexurbe. Este canon será anual y equivaldrá al 0,4 ó 0,6 por ciento del valor catastral del inmueble. La conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, aclaró que no es un gravamen "recaudatorio" sino "disuasorio" y que tendrá en cuenta a las familias con dificultades económicas a las que se les aplicará una bonificación del 90 por ciento. El Gobierno gallego invertirá las cuantías que ingrese por esta tasa en la rehabilitación de la zona en la que se ubica el edificio gravado.

Es una de las novedades del proyecto de Lei de Rehabilitación de Galicia que ayer fue presentado en el Consello de la Xunta y que ahora inicia su fase de alegaciones. La intención de Infraestruturas es que la norma se debata en el Parlamento gallego en el primer trimestre de 2018. Con este texto el Gobierno autonómico podrá declarar determinadas áreas como prioritarias para su recuperación y podrá actuar directamente como promotora rehabilitando los edificios en estado ruinoso que se encuentren en estas zonas. Para ello, la ley habilita a Xunta y concellos a expropiar estos inmuebles adquiriéndolos al 50 por ciento de su precio. Según explicó Ethel Vázquez, la prioridad serán los cascos históricos y los núcleos rurales declarados Bien de Interés Cultural (BIC). En la actualidad, hay 26, pero la conselleira aclaró que son 16 los que se encuentran en peor estado y necesitan ser rehabilitados. Entre ellos, están los cascos históricos de Mondoñedo, Ferrol vello o Betanzos, donde la Xunta ya está acometiendo ahora mismo obras de rehabilitación.

Con esta ley se busca además eliminar trabas burocráticas y administrativas para la recuperación de edficios. Por ejemplo, se reducirán un 40 por ciento los para acometer una modificación puntual de los planes urbanísticos. Con esta reducción de burocracia, la Xunta estima que se podrán empezar a rehabilitar 100.000 viviendas.

"El reto no es tanto elevar el parque de vivienda nueva como poner en valor la vivienda construída y conservar los cascos históricos y los núcleos rurales", explicó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.