La Xunta creará nuevos equipos de investigación y vigilancia del "terrorismo incendiario", al que el presidente autonónico, Alberto Núñez Feijóo, culpó esta mañana de la ola de incendios de mediados de octubre que arrasó casi 50.000 hectáreas en tres días y causó la muerte de cuatro personas. A ello, añadirá un aumento de los perímetros de seguridad entre las masas forestales y las casas y un acuerdo con los concellos para que la administración limpie a precio fijo las parcelas particulares y asÍ reducir el riesgo de las llamas.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunció estas medidas esta mañana durante una comparecencia extraordinaria sobre los incendios, en la que pidió "unidad" a la oposición once años después de censurar la gestión del bipartido ante la ola de incendios de agosto de 2006.

"Galicia no arde, la queman", insitió Feijóo, que también anunció que eximinarán las ayudas a los afectados de tributar por el IRPF autonómico.

Feijóo defendió la gestión forestal de su gobierno desde 2009, si bien anunció un paquete de 30 medidas para modificarla, muchas de ellas contempladas ya en la ley de Acompañamiento de los presupuestos, como establecer una vía legal para permitir la limpieza de fincas sin dueño conocido o localizable o la ampliación a 50 metros del veto a eucaliptos y pinos cerca de las casas en Pontevedra y A Coruña, tras haber reducido esa franja la Xunta en los últimos años.

También se propondrá a los concellos que todos los municipios del rural cuenten bien con bomberos propios, bien con una brigada cofinanciada por la Xunta, tras afear Feijóo la negativa a asumir este último cuerpo por ayuntamientos como Baiona o Nigrán.

En el terreno político, el presidente de la Xunta anunció la creación de una comisión parlamentaria para investigar una política forestal con vigencia de perdurabilidad y que reduzca el riesgo de incendios, una de las peticiones de las últimas semanas de la oposición, cuya reclamación de incluir una investigación sobre la gestión de los fuegos que en tres días calcinaron casi 50.000 hectáreas fue rechazada.

Feijóo también reclamó "unidad" y descartó los ceses de la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, y el responsable de política forestal, Tomás Fernández-Couto, que pidió la oposición. Los papeles se invirtieron respecto a 2006, cuando, entonces en la oposición, Feijóo pidió al bipartito esas medidas, entonces rechazadas.

La oposición acusó a la Xunta de escudarse en la teoría de un "terrorismo incendiario" del que no existen pruebas, entendiendo como tal un grupo organizado.

Luís Villares, de En Marea, aseguró que en octubre "se quemó la imagen de cartón de Feijóo como buen gestor", mientras que el socialista Xoaquín Fernández Leiceaga consideró incompatible defender la gestión del Ejecutivo y proponer una batería de medidas a continuación que enmiendan su política forestal.

Finalmente, la nacionalista Ana Pontón corresponsabilizó de los incendios a los "incendiarios" y a las "políticas pirómanas del PP", en alusión al incremento de la presencia del eucalipto en Galicia o la "reducción de medios" en el servicio de extinción, entre otros aspectos.