Las cifras de emancipación juvenil comienzan a remontar después de tres años de caída: más de 2.100 jóvenes se fueron de casa en 2016. La cantidad de menores de 30 años que son capaces de independizarse es un termómetro de su situación laboral y económica que no paraba de enfriarse en los últimos años. La recuperación es todavía leve pero sirve para igualar el porcentaje gallego al nacional, que baja respecto a años anteriores. A finales del 2016, el 19,5% de la población entre 16 y 29 años vivía de manera independiente, lo que supone un aumento del 3,5% interanual, según el último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España. Pero lejos quedan aún los 76.370 jóvenes emancipados que se registraron en 2013. Desde entonces han dejado de pagar su alquiler casi 13.000 menores de 30 años. O se han salido de la franja de edad. De todas las comunidades, solo Galicia y Cantabria mejoran sus números respecto a 2015.
Tras este repunte, el estudio identifica dos causas fundamentales: que las tasas de desempleo en jóvenes de hasta 29 años es inferior en Galicia que la media del Estado y que los precios de alquiler y compra de vivienda son más asequibles en la comunidad, lo que compensa de alguna manera la menor capacidad adquisitiva de los jóvenes gallegos si se compara con la media nacional. Crece también el número de hogares jóvenes, en los que la persona de referencia tiene menos de 30 años. Son ya 40.252 y crecieron un 5,4% en un año. Pero el salto más grande se da en los hogares unipersonales, que sube un 28% respecto a finales de 2015 y suman 11.804 del total.
Esto contrasta con el análisis del esfuerzo que deben hacer los jóvenes para costearse una vivienda, ya sea de alquiler o comprada, puesto que el informe señala que el porcentaje de ingresos que deben emplear "supera el límite recomendable de endeudamiento" tanto para la compra como para la renta. Debido al incremento del 4,2% de los precios de alquiler durante 2016, un menor de 30 años tiene que dedicar el 52,3% de su salario para pagar la renta mensual. En el caso de tratarse de un hogar joven, el esfuerzo se reduce hasta el 26,7% de sus ingresos. Los mismos porcentajes se aplican a la compra de vivienda, ya que el informe refleja una ligera subida del precio respecto al año anterior, del 0,48, en el precio de la vivienda segunda mano, mientras que en el caso de la vivienda nueva el precio ha descendido un 1,42%.
Más de la mitad de los jóvenes que se emancipan, el 54,1%, eligen vivir de alquiler, lo que supone un incremento de nueve puntos respecto a 2015. Del 29,8% que se ha decidido por comprar una vivienda, el 15,4% ya ha conseguido pagarla. Y el grupo restante, un 16,1% de los jóvenes, viven una casa que les ha sido cedida de manera gratuita o a un precio muy bajo.
El informe recomienda tener unos ingresos mínimos anuales de 16.959 euros para lanzarse a firmar una hipoteca en Galicia. Por provincias, la más cara sería Pontevedra, en la que convendría ganar al menos 17.706 euros al año, y la más barata es Lugo, en la que llegan 11.982 euros. Para A Coruña recomiendan 17.256 y para Ourense 13.595 euros.
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¿Quién da el paso? Mujer y con estudios básicos
- Los jóvenes que se independizan son mujeres y no han completado sus estudios más allá de Primaria. El crecimiento de la población menor de 30 años que se emancipa se debe a que son las mujeres las que dan el paso. En un año, aumentó en un 7,4% el número de chicas y arrastró una subida global de las cifras que compensa el descenso en el número de hombres que se deciden a dejar la casa de sus padres, que se redujo en un 1,6%. La tasa de emancipación para las mujeres es del 23,2% mientras que la de los chicos se queda en un 15,9%. La diferencia es más acusada aún en la evolución de los hogares jóvenes, que crecen en un 10,8% si son liderados por mujeres -con un total de 23.798- y se reducen en un 1,6% cuando la persona responsable es un hombre - en 16.453 ocasiones-. Solo en el caso de los hogares unipersonales las cifras están más equilibradas, con 5.824 para los chicos -crecieron un 31% en un año- y 5.981 para las mujeres -con un aumento del 26,5% interanual-. La relación entre la tasa de emancipación y el nivel de estudios revela que son los jóvenes sin estudios o con Primaria los que más se animan para dejar la casa de sus padres, ya que 36,1% de ellos ya se ha mudado. Le siguen los menores de 30 que han completado sus estudios superiores, con un 23,2%. El 18,7% de los jóvenes que han terminado la ESO se han independizado, mientras que solo lo ha hecho el 14,3% de los que han terminado Bachillerato.
