Gonzalo Caballero, tras su proclamación como secretario general del PSdeG, marcó y se marcó dos objetivos claros e intimamente relacionados: por un lado, recuperar el liderato de la izquierda y, por lo tanto, de la oposición al PP que ostenta ahora En Marea y, por otro, unir y renovar el partido. En su discurso de ayer incidió en que el papel de la militancia, que lo aupó como nuevo líder del PSdeG, será fundamental para conseguirlos. Una de las consignas más repetidas en el arranque del XII Congreso fue: cerrar diferencias y remar unidos.

Gonzalo Caballero se presentó como un hombre de partido, en el que ha militado más de 22 años, y también como "un instrumento" de la militancia. Es a las bases a quien debe su puesto, ya que pese a que fue uno de los principales apoyos de Pedro Sánchez en Galicia en su carrera para liderar el PSOE, no contó él con el mismo respaldo del partido, que prefiría al diputado coruñés Juan Díaz Villoslada. Ayer, el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, le ofreció toda la ayuda del partido para llevar a cabo su proyecto.

El discurso más programático se espera para hoy, con el cierre del congreso al que también asistirá Pedro Sánchez, pero Caballero ya comenzó a marcar ayer la marcha, marcial, que le pide a la militancia: "Somos un ejército para el cambio en Galicia y si ese ejército se activa hoy, nadie podrá parar un proyecto de cambio". Para las bases tiene reservado un papel "fundamental" porque, dijo, son los que "mejor pueden trasladar el impulso de la calle".

Por delante tiene un reto similar al que se encontró Emilio Pérez Touriño cuando llegó en 1998 a la secretaría xeral del PSdeG. Entonces, los socialistas habían sido sobrepasados por el BNG de Xosé Manuel Beiras en las elecciones del año anterior y relegados como líderes de la oposición. El proyecto de unidad que consiguió articular Touriño con Antón Louro como su número dos le permitió recuperar la segunda plaza del Parlamento y en 2005 ocupar la presidencia de la Xunta.

"Para conseguir un cambio político, de cambio de políticas públicas y un cambio en la etapa de gobierno de derechas necesitamos un PSdeG más fuerte, renovado y más revitalizado", afirmó. Caballero vinculó la posibilidad de apartar al PPdeG del poder a que los socialistas recuperen el liderazgo de la oposición. Al menos así ha sido hasta ahora.

Con la entrada de En Marea en el Parlamento, el PSdeG necesita fortalecer su posición. Empatan en escaños pero pierden en número de votos con la formación que lidera Luís Villares: "Para que haya alternancia hay que tener alternativas fuertes". Por ello insistió en que los socialistas son "la izquierda y la alternativa al PP en España y en Galicia".

En la misma línea habló también uno de los hombres clave en la nueva estructura del partido, el abogado coruñés Pablo Arangüena, que tendrá un papel relevante en la nueva ejecutiva que se aprobará hoy. Posiblemente, vicesecretario general. Arangüena, que ya intervino en el congreso en calidad de presidente del mismo, reclamó un "cambio de rumbo para recuperar la centralidad" que fueron "perdiendo desde 2009".

Caballero quiere dejar atrás intereses locales o personales y pide para ello mirar por el interés general con un discurso de equipo, en el que todos reman en la misma dirección, o de ejército. Es el momento, dijo, de hace un "ejercicio de generosidad".

En este nuevo ciclo que se abre, dijo Caballero, "todos" son "necesarios". "Tenemos que dejar atrás las cargas negativas que pueden existir en la política para sacar lo mejor de nosotros mismos", reclamó. La pidieron también los expresidentes socialistas de la Xunta, Fernando González Laxe y Emilio Pérez Touriño,quienes le ofrecieron su colaboración. El segundo afirmó que era el momento de "pasar página" y dejar atrás los "laberintos internos". Su presencia es una pista de los planes de Caballero que pretende reconstruir el partido "en torno a la base de la mejor historia del PSdeG", cuando los socialistas presidían la Xunta. "Esa es nuestra referencia", afirmó.

Ejerce también de hilo conductor Dolores Villarino, que fue presidenta del Parlamento con Touriño y ahora es una de las principales aliadas de Caballero, en Vigo y ante el resto del partido. También ella dejó su mensaje: "Si somos más de izquierdas seremos más creíbles, más necesarios y tendremos un futuro mejor".

Caballero recordó así que cada vez que hubo un gobierno en Galicia como alternativa a la hegemonía del PP fue liderado y presidido por un socialista.