Se cumplen nueve días desde que la ola de incendios en el sur de Galicia arrasase con más de 35.000 hectáreas de monte, se cobrase la vida de cuatros personas y trastocase la vida de otras miles. Desde entonces, los testimonios de aquellos que lo perdieron todo entre las llamas se suceden y cada día se conoce una nueva historia que da cuenta de la tensión y el horror vivido en algunas zonas.

La parroquia de Chandebrito, en Nigrán y el concello de As Neves fueron dos de los esenarios en los que el fuego demostró su voracidad. Precisamente, en este término municipal ocurría la última de las historias que, gracias a la intervención de la Policía Autonómica, no terminó en tragedia.

El día 15, el trágico domingo en el que las llamas consumieron los montes gallegos, los agentes rescataron a cinco niños, uno de ellos con movilidad reducida y respiración asistida, que junto a una anciana se resguardaban en una vivienda que empezaba a arder en la parroquia de Ribadeteira. La intervención de los policías, además, se produjo cuando los cinco menores y la mujer presentaba síntomas de asfixia por humo.

El milagro solidario de Pesqueiras

El rescate al límite en As Neves no ha sido el único que ha trascendido en uno de los concellos más afectados por las llamas. En Pesqueiras, otra parroquia del municipio, se obró el milagro gracias a la intervención de decenas de personas, en su mayoría jóvenes, que acudieron a extinguir el fuego y que evitó que las casas de la aldea ardiesen.

As Neves, con más de 5.000 hectáreas quemadas, ha sido uno de los municipios más tocados por el fuego. El incendio dejó una veintena de casas destruidas -al menos dos habitadas-, bienes como coches o maquinaria destrozados, animales domésticos muertos, viñas de plantaciones para vinos de calidad "Rias Baixas" inservibles y decenas de personas sin empleo. Y en el post incendio, los habitantes bregan además con la falta de agua potable.