El carné por puntos, el endurecimiento del Código Penal, las nuevas campañas de Tráfico y el refuerzo de la vigilancia en carretera permitieron reducir las negras estadísticas de accidentalidad. Y, a la par, también las conductas más negligentes al volante. Sin embargo tras varios años de descenso en el número de delitos contra la seguridad vial, en 2016 este tipo de infracciones penales repuntaron de nuevo en Galicia. En total 5.497 conductores fueron llevados a juicio el año pasado en la comunidad, un 2,2% más que el ejercicio anterior, lo que supone una media de 460 cada mes, según el balance de la Fiscalía Superior de Galicia. Durante el último lustro, fueron casi 35.500 los gallegos que se sentaron en el banquillo por haber dado positivo en un control de alcohol o drogas, pisar más de la cuenta el acelerador, conducir de manera temeraria o ponerse al volante sin carné, bien por haber agotado todos los puntos del permiso o tras su retirada por orden judicial.

Pese al aumento de conductores juzgados en Galicia en 2016, las cifras se quedan muy por debajo del balance de hace cinco años. Entonces, fueron casi el doble: 10.049 delitos calificados (escritos de acusación por parte del Ministerio fiscal). A ese ejercicio le siguió un 2013 con poco más de 7.000 juicios por delitos viarios en la comunidad. En 2014 volvió a aumentar el número de gallegos citados en los juzgados por delinquir al volante (7.466). En 2015 se logró reducir en casi un 30%, con 5.379 procedimientos, pero de nuevo el año pasado la tendencia se invirtió con un incremento del 2,2%.

Desde la reforma del Código Penal en materia de Tráfico aprobada a finales de 2007, los robos y las agresiones dejaron de ser los delitos que más vistas copaban en los juzgados gallegos. Desde entonces, las infracciones penales al volante son las que más juicios suman en las comunidad gallega. Suponen ya más del 40% de todas las vistas que se celebran cada año. Lejos quedan ya los apenas 3.000 gallegos que antes de la reforma penal se enfrentaban de media cada año a una pena de cárcel por conducir bajo las influencias del alcohol o las drogas, por circular a velocidades estratosféricas o por conducción temeraria.

La gran lacra de la accidentalidad en las carreteras gallegas sigue siendo el alcohol. El año pasado, 3.425 conductores fueron llevados a juicio en la comunidad por ponerse al volante bajo los efectos del alcohol o las drogas. Un 2,3% más que el año anterior y un 62% del total de escritos de acusación en materia de seguridad vial.

Le sigue en la clasificación la conducción sin carné, con más de 1.700 delitos calificados. Y de lejos, ocupa el tercer puesto la conducción temeraria, con 117 casos aunque el aumento resulta uno de los más elevados (un 31% más que el año anterior). El mayor repunte se produjo en los juicios por exceso de velocidad, un total de 27 casos, más del doble que los 12 de 2015.

Por negarse a realizar las pruebas de alcohol o drogas, fueron a juicio 163 conductores el año pasado, casi un 15% más que el ejercicio anterior. Las citaciones judiciales por conducción con desprecio a la vida de los demás se redujeron un 55% -cuatro casos- y por la creación de otros riesgo para la conducción pasaron de dos a cuatro.

Por provincias, A Coruña es la que concentra el mayor volumen de delitos de tráfico calificados en Galicia: 2.249, el 41% del total. Le sigue en la lista Pontevedra, con 2.020 juicios por infracciones penales en carretera, casi el 37%. Las vistas celebradas en Lugo y Ourense fueron muy inferiores a las registradas en las provincias atlánticas, con 532 y 692 casos, respectivamente.

El comportamiento de las provincias en el último año ha sido dispar. Mientras en A Coruña y Lugo aumentaron los conductores citados por delitos de tráfico, un 18,3% y un 3,1%, respectivamente; en Ourense y Pontevedra disminuyeron. En el primer caso, casi un 12% menos que el ejercicio anterior y un 7% en los delitos de tráfico cometidos por automovilistas pontevedreses.

Las sentencias dictadas el año pasado en delitos de tráfico alcanzaron las 5.660, más que los casos llevados juicio ya que hay fallos que proceden de juicios del ejercicio anterior.