El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, negó ayer las acusaciones de descoordinación que un día antes lanzaron varios colectivos de los servicios de extinción y emergencias, como el 112, servicios de bomberos autonómicos y comarcales y agentes forestales. "Una acusación de descoordinación general y de que todo funciona mal no la podemos aceptar", respondió, si bien reconoció "aspectos mejorables" y "momentos complicados".

El presidente del Ejecutivo, Alberto Núñez Feijóo, reconoció hace días que durante 12 horas "Galicia perdió el control".

La oposición cargó contra su gestión. El portavoz de En Marea, Luís Villares, exigió un "un plan de choque ecológico urgente" para evitar que las cenizas dejadas lleguen a rías, ríos y acuíferos y lamentó el "abandono de la población" por parte de la Xunta. Sus políticas forestales durante 30 años son culpables de los fuegos, declaró el portavoz de Anova, Antón Sánchez.

Por su parte, el socialista Xoaquín Fernández Leiceaga consideró los cambios legales para mejorar la limpieza de montes un "reconocimiento de culpa claramente" de la Xunta por su deficitaria gestión forestal.