"Esto es el fin del mundo". Un agente de la Unidad de Seguridad Ciudadana del cuartel vigués de la Guardia Civil (USECIC) tuvo este pensamiento el domingo cuando vio que el fuego había llegado con fuerza a Vigo tras recorrer el sur provincial. "Aquello era apocalíptico", dice otro efectivo. Como en otros ámbitos, los guardias del cuartel vigués no dudaron en salir a ayudar. Los que trabajaban y los que estaban de descanso. Citar todas sus intervenciones sería interminable. Entre ellas está el rescate, ayudados por bomberos, de cuatro adultos y dos niños de una casa cercada por el fuego y el humo en A Fraga (Vincios). Los efectivos llegaron a sufrir quemaduras. Lo que vivieron, en general, fue un "infierno", describe Jorge Freijanes, en la actualidad al frente de la compañía de Seguridad Ciudadana del cuartel. Ayer los destinados en Vigo recibieron la felicitación del alcalde y del jefe del acuartelamiento, Óscar Grañas, que destacó su "tenacidad" y "esfuerzo".

En Baiona los vecinos ayudaron a salvar el puesto de esa localidad, al que el fuego llegó a causar daños en la zona exterior."Incluso gente a la que habíamos detenido colaboró", dijo el teniente del puesto de Baiona-Nigrán, Juan Félix Díaz.