La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo confirmó la suspensión a un año para un juez de Pontevedra por "retrasos injustificados" de autos y sentencias. Así se pronunció a raíz del recurso interpuesto por el juez Indalecio Conde contra la resolución del Consejo General del Poder Judicial, que suspendió durante un año en 2014 al magistrado por retrasos en sus procedimientos, calificándolo de falta muy grave.

Conde González fue denunciado por particulares a raíz de retrasos reiterados en sentencias y procedimientos del juzgado de Primera Instancia número 3 de Pontevedra, del que era titular. Por ello, el CGPJ ordenó una suspensión de un año para el magistrado. El Supremo ve acreditado un "retraso reiterado en el dictado de sentencias y autos", algo que motivó, antes de la suspensión, dos expedientes: uno concluyó con una multa y otro con un mes de suspensión.

Entre los argumentos del recurrente, rechazados por la Sala, estaba que los sucesivos expedientes sancionadores "le ocasionaban un efecto contrario al pretendido porque, lejos de estimularle para que demostrara una mayor diligencia en el cumplimiento de sus deberes, le provocaron un estado de angustia y ansiedad que desembocó en una auténtica situación de bloqueo intelectual".