El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha pedido a las fuerzas de seguridad del Estado "el máximo esfuerzo" para detener a los incendios que en los últimos días han sembrado Galicia de fuego, y muy especialmente en el sur de Pontevedra y Ourense.

Rajoy, que ha visitado el centro de mando de Pazos de Borbén (Pontevedra) para conocer sobre el terreno la situación actual de los incendios forestales que afectan a Galicia, ha lamentado el fallecimiento de cuatro personas fruto de los incendios y ha advertido que la ola de fuegos no es fruto de la casualidad. Rajoy desgranó los medios que el Ministerio de Medio Ambiente y el de Defensa han enviado a Galicia para ayudar a combatir las llamas y ha lamentado que "algunos" de los medios aéreos están parados y no pueden colaborar a causa de las adversas condiciones climatológicas (lluvia y niebla).

El titular del Ejecutivo central comentó que en agosto el máximo de incendios fueron 50 y estos días en pleno mes de octubre Galicia se ha doblado el número de incendios, una clara muestra, en su opinión, de la "intencionalidad" que hay detrás de los fuegos.

El jefe del Ejecutivo, se reunió a su llegada a Galicia, en la comisaría de la Policía Nacional de Vigo, con el máximo mandatario autonómico, Alberto Núñez Feijóo, el delegado del Gobierno en la Comunidad, Santiago Villanueva, el alcalde de Vigo y presidente de la FEMP, Abel Caballero, la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, y mandos de la Policía y de la Guardia Civil. También participó este mediodía en un minuto de silencio guardado precisamente en el exterior de la comisaría de la Policía Nacional en Vigo en memoria de las víctimas mortales causadas por esta oleada de fuegos.Rajoy estuvo acompañado en ese minuto de silencio por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, el vicepresidente, Alfonso Rueda, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, y miembros de la corporación local.

Además, se acuercaron hasta el exterior de la comisaría viguesa medio centenar de personas, entre funcionarios policiales y particulares, que han aplaudido a la conclusión.