El fuego se cobró ayer tres víctimas mortales. Dos personas, de las que se desconocían sus identidades al cierre de este edición, quedaron atrapadas en el interior de una furgoneta en la carretera que une las parroquias de Camos y Chandebrito, en el municipio de Nigrán. "Casi se puede confirmar que intentaban escapar del fuego, que nos atacó por todos lados", aseguraba ayer al filo de la medianoche el regidor de Nigrán, Juan González. "Se asustaron e intentaron huir", afirmó el alcalde, quien lamentó que la ola de incendios que asoló Galicia, y en especial Pontevedra, dejó a su concello sin efectivos de extinción, pues estaban en otros municipios, atacando las llamas. "Estuvimos todo el día sin medios. No tuvimos a nadie que nos echara una mano. Lo único que nos puede salvar es la lluvia", afirmó. A estas muertes se suma la de un hombre de 78 años vecino de Carballeda de Avia (Ourense), que perdió la vida en el galpón de su casa cuando intentaba salvar la vida de sus animales.

El titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, lamentó los fallecimientos, pero declinó adelantar qué pasó. "Se está reconstruyendo el suceso", afirmó en relación a Nigrán, para luego añadir: "Los desplazamientos de coches por carreteras comarcales, por pistas forestales es lo peor que se puede hacer, en caso de incendios". Feijóo admitía a medianoche que "la situación está al límite", pero los servicios de extinción trabajan "al límite". Aventuraba que la madrugada del lunes sería "muy larga".

La de ayer fue una jornada negra en Galicia por culpa de la intensa actividad incendaria y se saldó de la peor manera posible. Más de 200 fuegos en 72 horas, 60 incendios registrados el domingo y 28 de ellos fueron activados entre las 12 de la noche del sábado y las nueve de la mañana del domingo. Al cierre de esta edición, 13 incendios en Galicia tenían decretada la situación dos, es decir había riesgo real para las poblaciones más cercanas. Son los fuegos de Baiona, Nigrán, Salvaterra de Miño, Gondomar, As Neves y el de Ponteareas, que luego se extendió por Redondela, Soutomaior y Pazos de Borbén. En Ourense, los fuegos que amenazaban casas fueron los de Oseira, Lobios, Baños de Molgas, Chandrexa de Queixa, Castro Caldelas, y Paderne. Y en la provincia de Lugo, el de Cervantes.

Los incendiarios sembraron el caos en la comunidad, muy especialmente en la provincia de Pontevedra, al prender fuego cerca de núcleos urbanos. Como fue el caso de Vigo, con múltiples focos abiertos. Vecinos desalojados, ciudadanos hospitalizados por los efectos del humo, carreteras cortadas, largas retenciones de tráfico, miles de hectáreas arrasadas, construcciones calcinadas, ... y vecinos impotentes y desesperados luchando contra el fuego con sus medios.

La Xunta defendió que ayer desplegó a todos sus efectivos, más de 5.000, y además aguardaba que de madrugada llegarán a Galicia "500 efectivos de la Unidad Militar de Urgencias de Valencia, Madrid y Zaragoza. El Ministerio de Medio Ambiente envió 20 medios áreos, entre otros recursos.

El fuego ya se saldó en Galicia en el pasado otras víctimas mortales: el piloto de una avioneta en Medeiros (Ourense) en 2005; una madre y una hija en Cerdedo, atrapadas cuando circulaban por la carretera en 2006; dos brigadistas en Fornelos de Montes en 2010 y en junio de 2015 moría un agente forestal cuando sofocaba un incendio en Galicia.