De ser una de las comunidades que más recaudaba por herencias, Galicia se ha convertido en un territorio donde abrir un testamento en línea ascendente o descendente (padres, hijos, abuelos o cónyuges) ya no es un quebradero de cabeza por el desembolso que acarreaba. Y es que casi el 99% de los contribuyentes gallegos están exentos de tributación desde enero del año pasado. La reforma fiscal de la Xunta ha tenido su primer impacto en las cuentas de 2016, con 41 millones menos de ingresos que el ejercicio anterior por las casi 63.000 herencias que evitaron el pago del impuesto, ya que el legado no superaba los 400.000 euros, excluida la vivienda habitual.

Esa cantidad es el límite fijado por el Gobierno gallego para que un heredero en la comunidad no tenga que rendir cuenta alguna con el fisco. Las herencias que superan ese importe solo tributan por la diferencia, mientras que antes de la reforma fiscal el techo estaba en 125.000 euros, con la particularidad de que sobrepasada esa cuantía solo estaban exentos los primeros 18.000 euros.

Antes de la reforma, cada gallego que abría un testamento pagaba de media unos 6.000 euros. A modo de ejemplo y comparando con otras autonomías, un contribuyente de más de 25 años que antes del 1 de enero de 2016 heredase dos pisos y 30.000 euros en efectivo en el banco pagaba en Galicia casi 27.000 euros frente a los apenas 1.200 que tendría que tributar por esa misma herencia en Madrid. Con la reforma fiscal de Facenda, el desembolso en la comunidad gallega es cero.

Hasta un total de 62.793 contribuyentes no pagaron el año pasado el impuesto de sucesiones, según informó ayer en su comparecencia en el Parlamento la directora de la Axencia Tributaria de Galicia (Atriga), María Victoria González. Si la reducción en los ingresos por las rebajas fiscales ya es notable en el primer año de la aplicación de la reforma (41 millones menos respecto a 2015), el impacto será mayor este 2017, tanto por el plazo dado para la liquidación de las herencias como por la rebaja fiscal aprobada en el tramo autonómico del IRPF, que benéfica al 98,5% de los contribuyentes, tal y como destacó la directora de Atriga.

El principal motivo de esta tendencia al alza en el alcance de la reforma de Facenda es que al cien por cien de las herencias liquidadas este año se le aplicará la rebaja de impuestos, algo que no ocurrió el año pasado, ya que se liquidaron herencias de ejercicios anteriores no sujetos al cambio fiscal. Desde el momento del fallecimiento, el plazo para liquidar el impuesto de sucesiones es de seis meses. La previsión para este año, tal y como recogen los presupuestos autonómicos, es que se recaude por este concepto 136,5 millones de euros, un 8% menos que el año pasado y casi un 25% menos que en 2015, el ejercicio anterior a la entrada en vigor de la reforma fiscal.

Lucha contra el fraude

Por otra parte, Victoria González detalló que Galicia recaudó el año pasado 141 millones de euros de deuda no declarada por los contribuyentes. En su comparecencia, indicó que eso es fruto de las campañas de sensibilización y de las iniciativas de la Xunta contra el fraude que, según dijo, permitieron que la Atriga obtuviese el año pasado 6,9 euros por cada euro invertido en actuaciones de este tipo.

Fruto del aumento de las comprobaciones, se practicaron casi 23.000 liquidaciones correctas. Del impuesto sobre transmisiones patrimoniales se recaudaron 24,3 millones adicionales y 74,6 millones en el de sucesiones y donaciones.

A esos 98,2 millones de euros ha sumado la responsable de la Atriga otros 36,3 procedentes de casi 600 actas de inspección sobre los grandes patrimonios, en los que se triplicaron las actuaciones realizadas: de 39 en 2015 a 105 el pasado año. Con estas cifras, destacó la "eficiencia" de su departamento, que logró aflorar más de 400.000 euros por cada empleado.