En apenas tres lustros las quinielas estadísticas auguran que cuatro de cada diez gallegos superarán los 60 años de edad. Galicia no tendrá la exclusiva, sino que Occidente en general se enfrenta a lo que será ya una característica de su sociedad. En ese contexto, si antes el objetivo era vivir más, ahora es hacerlo mejor pese a los años, una idea que la OMS para mejorar la calidad de vida de las personas según envejecen sí funcionan, sobre todo si los mayores sienten que aportan algo a través del voluntariado.

Así lo han demostrado Afundación y laAfundación Universidade de Santiago. Los primeros querían comprobar si el abanico de actividades que ofrecen en ese ámbito a 12.000 socios mayores no solo satisfacen a sus destinatarios, sino que sirven para mejorar su "índice personal de envejecimiento activo" y la respuesta, que ha sido "positiva", la han recibido de una herramienta que desarrolló la investigadora de la Unidade de Psicoloxía do Consumidor e Usuario de la Universidade de Santiago, Sara Marsillas, que permite cuantificar por primera vez a nivel mundial los niveles de envejecimiento activo de una persona.

Los resultados son claros, según expuso ayer la investigadora, que compareció junto a Sabela Couceiro, coordinadora del programa de Envellecemento activo de Afundación, la obra social de Abanca. En una escala de 0 a 1, donde 1 sería la mejor nota, la investigación, basada en 391 entrevistas a mayores de 55 años divididos en socios de programas de envejecimiento activo y personas que no participan en actividades de ese tipo, los participantes tienen un nivel de envejecimiento activo "elevado", de 0,71 puntos, 10 más que quienes no participan, lo que probaría su "eficacia", indican desde Afundación, que ve el dato, como la investigadora, extrapolable a programas similares y no solo a los de la entidad. Ese 0,61 entre los no practicantes de actividades es similar al "en torno al 0,65" que, dice la autora, obtuvo para los gallegos en el análisis de su tesis.

El trabajo muestra, explicó Marsillas, que "la participación en un programa de envejecimiento activo es positiva y efectiva y mejora resultados tanto a nivel de salud" (6 puntos) "como de participación" (14 puntos). Además, "genera una mayor calidad de vida y un mayor bienestar psicológico y reduce el impacto de los estereotipos asociados a la vejez". "Por tanto", ve "importante" el "seguir promocionando la partipación en las actividades, sean las que sean, siempre y cuando estén relacionadas con la promoción de un buen estado, un buen proceso de envejecimiento".

Más activos y despiertos

Las conclusiones reflejan cómo las personas que se integran en el programa de actividades tienen mejor salud física y estado cognitivo, están más activos mentalmente y gozan de mejor estado anímico y de un entorno social caracterizado por una red social más amplia. Pero las ventajas, o los "mejor", no se acaban ahí. También contribuyen más a la sociedad, hacen un uso más variado y frecuente de las nuevas tecnologías, se implican en más actividades que suponen adquirir nuevos conocimientos y tienen un patrón de ocio "más rico y estimulante" que quienes no se apuntan a esas acciones.

A más implicación, mejor resultado. Porque los participantes en "El valor de la experiencia", como denomina Afundación a las actividades de voluntariado, obtuvieron el mayor nivel de envejecimiento activo. Su estado afectivo y cognitivo mostró resultados "significativamente mejores" que los no participantes y lo mismo ocurrió con su bienestar psicológico. En estas actividades, explicó Couceiro, los mayores "ponen su experiencia y habilidades al servicio de otros", desde clases de baile a inglés o hablar sobre la emigración a jóvenes. Por ello, entre otras, seguirán las recomendaciones para promover esta área.