El mercado inmobiliario ha sufrido vaivenes de precios desde 2013 cuando tocaron fondo. En febrero de 2015 empezó una recuperación que se mantuvo hasta finales del año pasado para dar paso a un nuevo estancamiento este ejercicio. Galicia, de hecho, es la segunda autonomía en la que más se redujo el precio de venta respecto al año pasado con una caída del 4,9% y junto a Canarias (-8,23%) y Castilla-La Mancha (-3,17%) son las únicas comunidades con cifras negativas en el primer cuatrimestre de 2017, según el informe publicado ayer por el Club Noteges. En toda España la subida no llegó al 3% y los incrementos más pronunciados se dieron en Baleares y Madrid y son las únicas autonomías que crecieron más el año pasado al encarecer sus ventas en un 13,7% y un 9,8% en cada caso.

Pero además de la evolución del importe otro dato a tener en cuenta a la hora de vender un inmueble es la brecha entre las expectativas de los propietarios y lo que los compradores terminan pagando. En la comunidad gallega esa diferencia es de un 28%, o lo que es lo mismo 47.557 euros menos entre los 167.070 euros de precio de salida de enero a abril a los 119.513 euros de media de los 47 pisos adquiridos en el mismo periodo, lo que supone 1.035 euros por metro cuadrado.

A nivel nacional esa variación es similar que la gallega, un 29%, con 52.269 euros menos que la cantidad propuesta por el dueño en un inicio.

El estudio del Club Noteges recoge también datos de las provincias gallegas atlánticas. Destaca que en A Coruña, el precio de venta se desplomó casi un 9%, la cuarta caída más acusada solo por detras de Cuenca, Las Palmas y Ávila, y, sin embargo, en Pontevedra, los inmuebles en el primer cuatrimestre del año se vendieron un 5% más caros que en 2016.

La organización también hace un pronóstico de la demanda para los próximos años y alerta de que las tarifas del mercado inmobiliario se mantendrán estancados a largo plazo porque la demanda prevista es un tercio menos que hace una década y aún queda un stock elevado por vender.