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Este club alienta a futuros científicos

Educación aspira a fomentar las vocaciones tecnológicas con encuentros extraescolares de ciencias -Este año extenderá la experiencia piloto de los clubs a 30 centros

El profesor José Luis Martín, con sus alumnas del Club de Ciencia. // Xoán Alvarez

Apenas el 8,5% de los estudiantes universitarios en Galicia se inclina por carreras científicas y tecnológicas que podrían facilitarles mayores salidas laborales. En un mundo en que los deportistas son el referente y los niños prefieren, antes de nada, ser de mayores futbolistas, ¿cómo se fomentan las vocaciones científicas? Desde la Consellería de Educación consideran que uno de los trucos está en convencer a los chicos cuanto antes, antes de que tomen decisiones de itinerarios educativos que puedan afectar a su futuro académico. Y entre otras medidas, desde la Xunta intentan promocionar iniciativas que pongan a la ciencia sobre la mesa de forma atractiva.

Por ejemplo este curso hasta 300 escolares gozarán de una semana de inmersión, no lingüística, sino científica, en campamentos que la Consellería de Educación ha dispuesto en régimen de internado: será la "Semana STEM". Uno de los criterios que puntuará para ser un centro elegido es el haber participado en el pasado año en el Club de ciencia, requisito que solo cumplen diez colegios en Galicia, los que se atrevieron a ser los pioneros de los clubs de ciencia, que no aspira a ser un vivero de premios Nobel, pero que pretende al menos "despertar la motivación" del alumnado hacia estudios posteriores en el ámbito científico y tecnológico.

Aunque este año aún no se ha decidido qué centros serán los afortunados para la iniciativa y para llevarse la asignación que la acompaña (1.200 euros no vienen mal, aseguran los coordinadores de uno), el pasado empezaron una decena como conejillos de indias. Uno de ellos fue el Arcebispo Xelmírez II de Santiago, y su coordinador, José Luis Martín, que contó con la complicidad de la dirección y otros docentes, está encantado con la experiencia, hasta el punto de que desea repetir, y también habla de "entusiasmo" al aludir a sus alumnos, que se portaron de "10".

Lo "sorprendente", destaca, es que una actividad que ocupa tiempo de ocio de los estudiantes -no se hace en horas lectivas y además les puede pillar lejos de casa y sin transporte- ha registrado casi un lleno y que además han sido las chicas, que en este ámbito académico registran un déficit, las que más se han animado, hasta el 70% de los asistentes en el Arcebispo Xelmírez II. De hecho, la administración gallega prioriza el que las muchachas se apunten a la hora de escoger los clubs que apoyará. Que la Xunta fomente que niñas y adolescentes se animen a colgarse simbólicamente la bata blanca del laboratorio es una apuesta "acertada". "Hay mucho que trabajar aún por la normalidad y la igualdad en este sentido e intentar que no se pierda ninguna posible vocación por el hecho de ser mujer u hombre", apostilla el también jefe del departamento de Química y Física del instituto compostelano.

El otro gran acierto es pasar del dicho al hecho. Martín admite que "a veces la visión de la ciencia que le transmitimos al alumnado en las materias ordinarias es poco cercana a su realidad". En cambio, en el club de ciencia "es más fácil tener en cuenta sus intereses". Y lo que les interesa es lo "práctico", en particular el trabajo de campo. En su caso, tradujeron ese interés en estudiar las características del suelo del entorno del centro, incluidas excursiones para tomar muestras y luego analizarlas. Aunque no hay que renegar de la teoría, salir al exterior y manejar instrumentos de laboratorio es el gancho, explica.

Aunque Martín concede que los resultados de estas iniciativas se ven a largo plazo, la considera "muy positiva". Quizás ocurra lo mismo que con los clubs de lectura, de los que Educación presume de "excelentes resultados". Solo queda, por pedir, apuntan, que al menos parte del profesorado pudiese tener dentro de su jornada asignación horaria para el proyecto, aunque fuese pequeña.

Los planes de la Xunta son aún más ambiciosos: esperan llegar a 200 clubs en 2020, el año en que también aspiran a generalizar Robótica y Programación en niveles obligatorios.

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