A pesar de que en Galicia desde 2009 el número de estudiantes que estudian algún ciclo de FP (incluidos los de grado superior, que serían estudios terciarios) superó por primera vez al total de matriculados en Bachillerato, a la hora de verdad, cuando los estudiantes finalizan la ESO (Educación Secundaria Obligatoria) y se les plantea la dicotomía de orientarse más hacia las enseñanzas académicas o a las aplicadas todavía prefieren optar por las salidas que les depara el instituto, después del cual el camino habitual suele ser la universidad. Solo uno de cada tres estudiantes eligen la otra alternativa, el matricularse en un ciclo de FP de grado medio.

Ayer se conocían los datos (aún provisionales) de los alumnos que estrenarán mañana las aulas de este curso. Ahora les toca a estudiantes de ESO, Bachillerato y enseñanzas para adultos y de régimen especial. En total, volverán a las aulas alrededor de 198.000 estudiantes, y de ellos cursarán primero de Bachillerato, según las estimaciones de la Xunta, un total de 16.278, entre los 13.828 de la pública y los 2.450 de la privada. En cambio, y aunque todavía no se ha cerrado la matriculación en Formación Profesional, lo que sí se sabe son las plazas que se ofertan en primero en ciclos formativos de grado medio, que son aquellos a los que puede acceder un estudiante al finalizar la ESO, y en total serían 9.031 (entre las plazas de FP ordinaria y la Dual).

En la práctica ambas cifras se traducen en un reparto de alumnos en el que sale ganando la orientación académica: en torno al 65% eligen Bachillerato y el 35% restante opta por FP en ese estadio, aunque luego pueda seguir con un ciclo formativo superior y de ahí dar el salto, si lo desea, a las facultades. Sin embargo, en esos niveles alumnos no faltan. Y es que Galicia puede presumir de hacer mejor que la OCDE y la UE y España los deberes en educación superior, al menos entre la franja de los jóvenes (el 45% de los gallegos de 25 a 34 años tiene titulación universitaria o un grado de FP superior), pero un 30% de los chicos plantan los estudios al acabar la ESO, cuando en países de la OCDE y la UE lo hace la mitad. En concreto, la OCDE critica el "bajo" porcentaje de jóvenes que cursan FP en España (la mitad que en la OCDE: 12% frente a 25%), "a pesar", apostilla, de que una cualificación de tipo profesional mejora empleabilidad.

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Por otro lado, los datos facilitados ayer por la Xunta confirman la tendencia, por sexto año, al incremento de alumnos en ESO, que alcanzan los 90.679 y suponen un 1,4% más que en 2016/2017. Aunque en este nivel educativo no se recortan los alumnos, como sí pasa otra vez en Infantil y empieza a suceder, rompiendo una tendencia al alza, en Primaria, sí hay un descenso en la matrícula de extranjeros equiparable, de un 8,3%. Los no nacionalizados en cambio suben en Bachillerato un 2,7%, cuando en general las filas de esta etapa se elevan mucho menos, un 0,4%, con respecto al año pasado, hasta los 31.268 alumnos. El doble de aumento, de un 0,7% con respecto a los datos difundidos por la Xunta en septiembre de 2016, se registraría en FP (medio, superior, Dual y Básica) si se confirman las previsiones de Educación de 51.000 alumnos.

A esos contingentes habría que sumarles las enseñanzas artísticas y deportivas, con 11.518 matriculados. Los adolescentes que acaban ESO también pueden optar por este tipo de estudios siempre que sean de grado medio. Finalmente los inscritos en enseñanzas de adultos, semipresenciales o a distancia y no regladas son 13.496.