Hace ya un año, la DGT anunció la instalación de 60 nuevos radares portátiles para los motoristas de Guardia Civil, de los que unos cinco corresponden a las patrullas que controlan la circulación en las vías de Galicia. Por el momento, estas unidades todavía no han llegado a las Agrupaciones de Tráfico. Estos nuevos cinemómetros permiten múltiples ubicaciones, posibilitando que los agentes que prestan servicio en moto realicen controles en diferentes emplazamientos, así como que se incremente la vigilancia en aquellos tramos de elevada accidentalidad y excesos de velocidad. En el caso de Galicia, en la actualidad ya están siendo vigilados por radares móviles uno de cada siete kilómetros de la red de carreteras convencionales. En el último plan aprobado por la DGT, aparecen un total de 127 tramos negros en los que se desplegarán los distintos cinemómetros móviles. Con 30 puntos cada una se sitúan las provincias de Pontevedra y Ourense. Son las situadas en el norte las que presentan un mayor número de tramos de máxima concentración de accidentes: 31 en A Coruña y 36 en Lugo.