Tráfico activó el pasado mes de abril 225 cámaras en carreteras del país (32 de ellas situadas en la comunidad gallega) con el objetivo de vigilar el uso del cinturón de seguridad. La previsión de la DGT era que durante los dos primeros meses la foto no serviría para sancionar al infractor, pero transcurrido ese plazo desde el departamento que dirige Serrano todavía no han confirmado que se haya comenzado a notificar la denuncia correspondiente a los infractores. La sanción por incumplir esa premisa es de 200 euros y la retirada de tres puntos del carné en el caso del conductor.

Estas cámaras están colocadas en pórticos o postes y seis de cada diez vigilan las vías convencionales, que son las que registran mayor accidentalidad y siniestralidad. Pese a las continuas campañas de sensibilización sobre la importancia de viajar con el cinturón de seguridad, el 27% de los fallecidos el año pasado en las carreteras de la comunidad no lo llevaba puesto, casi diez puntos por encima de la media nacional (20%). Durante los últimos cinco años, no usar ese dispositivo les costó la vida a 92 personas en Galicia.