La Xunta apuesta fuerte por el desarrollo del sector aeronáutico en Galicia y el uso de los drones para múltiples funciones es la cristalización más evidente de esa ambición. Ya se utilizan aviones no tripulados para vigilar los montes o buscar personas desaparecidas; también se quiere recurrir a ellos para transportar más rápido los órganos a transplantar, para controlar la calidad del agua de rías y embalses, para aumentar la seguridad de la flota pesquera y controlar el furtivismo o para detectar ilegalidades urbanísticas.

En el marco de la Civil UAVs Iniciative (Iniciativa para los Vehículos Aéreos No Tripulados Civiles), la Axencia de Innovación acaba de licitar cinco proyectos, con un importe conjunto de 7,2 millones, que buscan desarrollar soluciones concretas para mejorar los servicios públicos a través de los drones, sean aéreos, acuáticos o terrestres.

Estas licitaciones son la punta de lanza de la última fase de esta iniciativa, en la que se llevan invertidos, por parte de la Administración y de actores privados, más de 150 millones desde 2015. En primer lugar se había equipado el aeródromo lugués de Rozas para crear un centro de investigación conjunto con el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Luego se seleccionó a Indra e Inaer (ahora Babcock MCS) como socios estratégicos para realizar un programa conjunto de I+D centrado en esta tecnología.

Si los plazos se cumplen, de aquí a un par de años toda una flota de drones estará sobrevolando los cielos de la comunidad, surcando sus aguas y recorriendo su territorio al servicio de la Xunta.

| Mejora de la seguridad de la flota y control de la pesca ilegal

La Xunta quiere que toda la flota pesquera que faena a menos de 14 millas lleve abordo un aparato que monitorice en todo momento la localización de la embarcación y que ofrezca datos en tiempo real que determinen si está pasando por problemas, como una excesiva escora. Esa unidad también debe hacer constar qué artes de pesca lleva el barco y cuáles se están utilizando, a fin de detectar posibles prácticas ilegales. La idea es que en los casos pertinentes el equipo envíe una alerta y un dron se desplace al lugar para determinar si la alarma está justificada. De este modo, el Gobierno confía en ahorrarse los costes -económicos y en riesgo de vidas humanas- que suponen los envíos de medios aéreos y marítimos en casos de falsas alarmas. Los drones tendrán que operar en las condiciones meteorológicas más adversas y tanto de día como por la noche.

| Vigilancia de las ilegalidades urbanísticas y ocupación del suelo

Otro de los contratos tiene por objeto desarrollar una fórmula para el seguimiento de las dinámicas de ocupación del suelo que ayude a la planificación territorial. En concreto, con la información obtenida por los vehículos no tripulados, la Xunta quiere detectar ilegalidades urbanísticas, comparando la evolución de las imágenes a lo largo del tiempo para comprobar la posible aparición de nuevas construcciones, obras o modificaciones de los límites de edificabilidad. Otras utilidades serán catalogar los distintos tipos de superficies agrarias y forestales, determinar la existencia de posibles bolsas de suelo para el desarrollo empresarial o cartografiar los hábitats de interés comunitarios, que son áreas que han de gozar de una especial protección.

| Acceso rápido a la información cartográfica y topográfica

Dos de las licitaciones están vinculadas. Por un lado, se trata de desarrollar una herramienta que permita la elaboración y edición de bases topográficas y cartográficas a partir de los datos capturados por los drones, a fin de usar esa información para planificar infraestructuras, gestionar los recursos hidrológicos o catalogar los bienes culturales. Por otro, se busca crear una plataforma para la gestión integral de los datos georreferenciados, de modo que sean accesibles de forma sencilla por los distintos usuarios de la información geográfica.

| Medición de la calidad de las aguas en rías y embalses

Tal y como adelantó ayer FARO DE VIGO, el Ejecutivo quiere usar drones para mejorar los controles de calidad de las aguas de rías y embalses. Actualmente, el sistema de recogida de muestras, a través e embarcaciones tripuladas, depende de las condiciones meteorológicas, lo que ocasiona que a veces fenómenos de interés, como un episodio de contaminación, pasen "desapercibidos", según reconoce la propia Xunta. Además, los vehículos no tripulados podrían llegar a zonas de la costa ahora inaccesibles. Esta mejora de la información disponible, que redundará en una respuesta más rápida y eficaz ante urgencias, abaratará, al tiempo, la actual factura en este capítulo, ya que las muestras se toman a través de medios técnicos y humanos "que consumen gran cantidad de recursos".

| Vigilancia de los montes para evitar incendios

Desde hace dos veranos, el Ejército viene utilizando en los montes gallegos drones en la lucha contra los incendios forestales. Los vehículos realizan vuelos de vigilancia de los terrenos y están equipados con detectores de infrarrojos que captan puntos en los que puede estar comenzando un fuego. De este modo refuerzan las labores de control desde el aire y contribuyen a disuadir a los hipotéticos pirómanos. De la colaboración con Babcock MCS en el centro de Rozas nació esta primavera Lúa, un helicóptero no tripulado para hacer seguimientos nocturnos de la evolución de la llamas.