El Ayuntamiento de Santiago de Compostela, después de los atentados en Barcelona y Cambrils, ha realizado la instalación de bolardos en la calle de San Francisco, por la que se accede directamente a la plaza del Obradoiro, con lo que se incrementa la seguridad en la zona al limitar la circulación y la velocidad de los vehículos autorizados, pero ha descartado que se vaya a restringir completamente el tráfico en la zona.

Este martes se procedió a la instalación de bolardos, como una medida de seguridad que ya estaba incluida en los remanentes de los presupuestos aprobados en pleno y que había sido demandada también por el Sindicato Unificado de Policía a raíz de los atentados de Cataluña. Sin embargo, se han situado en línea en el centro de la vía, lo que permite la circulación en dos direcciones a los vehículos que estén autorizados.

El concejal de medio ambiente y convivencia del Ayuntamiento de Santiago, Xan Duro, ha explicado en declaraciones a los medios de comunicación que la "medida está funcionando bien y no está habiendo ningún problema". Preguntado sobre el mantenimiento de la vía abierta a vehículos autorizados o de emergencia, ha puntualizado que se trata de algo "primordial", incidiendo en que "una cosa es la seguridad y otra el autosuicidio".

"Evidentemente, tiene que haber espacio para la circulación en ese espacio", que también da acceso al Hostal de los Reyes Católicos, al que también llegan ocasionalmente autobuses turísticos. Eso sí, ha remarcado que a partir de ahora "no podrán entrar a velocidad, sino que entran muy lentos, que es el objetivo de estas medidas".

Finalmente, ha concluido que la peatonalización de la calle Xoan XXIII, situada también en los accesos al casco histórico, en medidas de movilidad y no de seguridad.

Santiago de Compostela mantiene presencial policial en determinados puntos de acceso al casco histórico y no se descarta la colocación de medidas físicas, si bien, por prudencia, se ha explicado que no se avanzará su ubicación.