Pisar más de la cuenta el acelerador, ponerse al volante con una copa de más o utilizar móvil mientras se conduce. Son, por este orden, las infracciones más frecuentes detectadas en las carreteras gallegas. Pese a que la DGT anuncia cada campaña de control que pone en marcha, son todavía muchos los conductores que se saltan las normas y acaban enfrentándose a multas de hasta 1.000 euros, la pérdida de seis puntos del carné, la retirada de la licencia o incluso el ingreso en prisión. La relajación al volante que ya se había percibido en 2015 con un aumento de las multas se volvió a dar el año pasado, coincidiendo con el décimo aniversario del permiso por puntos. El balance de 2016 en Galicia se cerró con 424.801 denuncias de las patrullas de la Guardia Civil y los radares fijos de Tráfico, un 18,5% menos que el ejercicio anterior pero un 5,6% más que antes de que estallase la crisis. La media diaria permite hacer una fotografía más nítida del incumplimiento de las normas de seguridad vial: 1.160 infractores interceptados cada día en la red viaria de la comunidad -casi 50 cada hora-, según datos del Anuario Estadístico de la DGT.

Galicia ha pasado de estar hacia la mitad de la tabla nacional en infracciones viarias a colocarse en los primeros puestos del ranking. De ocupar el sexto puesto en número de sanciones hasta 2011, escaló al quinto en los dos ejercicios siguientes, en 2014 se colocó como la cuarta y desde hace dos años es la tercera autonomía con más multas al volante, sin contar País Vasco y Cataluña, que no aparecen en las estadísticas de la DGT por tener las competencias en materia de Tráfico transferidas. Solo la superan Andalucía, (1.048.630 denuncias) y Castilla y León (552.739). Galicia copa así el 9,6% de todas las infracciones detectadas el año pasado en las carreteras españolas (más de 4,3 millones).

Tendencia

Por provincias, A Coruña y Pontevedra registraron el año pasado el mayor número de sanciones de Tráfico en la comunidad, casi 145.600 y más de 140.000, respectivamente. Estos datos colocan en los primeros puestos de la tabla nacional de infracciones a la primera; en concreto, en octavo lugar, por detrás de Madrid (la comunidad que registró más de 379.00 denuncias), Murcia (232.010), Málaga (226.509), Sevilla (218.789), Córdoba (162.766), Cádiz (146.209) y Valencia (154.800).

El volumen de infracciones detectadas en 2016 en Lugo y Ourense queda muy por debajo de las interceptadas en las provincias atlánticas, con más de 80.200 y casi 58.900, respectivamente. Ourense es la excepción en el mapa de la DGT en Galicia, ya que es la única provincia de la comunidad que el ejercicio pasado registró un aumento de infracciones en su red viaria (casi un 13% más). En el extremo opuesto está Pontevedra, donde las infracciones cayeron en solo un año un 32,4%; seguida de A Coruña, con un descenso del 14,7% y, finalmente, Lugo, con un 11,3% menos.

2016 fue el segundo ejercicio con más sanciones de materia de seguridad vial interpuestas en la comunidad gallega, solo superado por 2015 -un 18,5% más que el año pasado-, y que vuelve a superar el volumen de infracciones que había antes de que estallase la crisis económica -un 5,6% más que entonces-. Desde 2008, que se contabilizaron más de 402.000 denuncias en las carreteras gallegas, la tendencia fue a la baja, con la excepción de 2011 y 2015, que experimentaron un aumento respecto al ejercicio anterior. Durante los años de recesión, con la retirada de miles de vehículos de las carreteras para ahorrar en gasolina y peajes y el mayor cumplimiento de las normas por el temor a una multa, no se superó la barrera de las 400.000 multas anuales. Pero en 2015, con la mejora de la situación económica, las infracciones volvieron a dispararse en las carreteras gallegas: más de 520.800, un 18,5% más que las tramitadas el año pasado.