En Marea y BNG criticaron ayer el plan de transporte que reformó las rutas y concesiones de autobuses en parte de la comunidad, rechazado por las tres principales asociaciones del sector. El portavoz rupturista, Luís Villares, pidió a la Xunta, obligada la reforma por la UE, que atienda la "demanda unánime" de la patronal y modifique el sistema para evitar el posible "desvanecimiento" de muchas rutas. Más duro se mostró el Bloque a través de los diputados Luís Bará y Noa Presas, que vincularon esa estrategia a "intereses ocultos" y pidieron una auditoría sobre la adjudicación de rutas y la documentación vinculada a la misma.

La primera fase del plan supuso la adjudicación de 41 rutas y entró en vigor el día 8.