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La salud del tejido productivo tras la crisis

Comercios y empresas sin apenas plantilla encabezan ahora los concursos de acreedores

En el último año y medio, 77 compañías del ladrillo entraron en concurso, frente a los 94 establecimientos de ventas - Solo un 4% de los procesos fueron de grandes compañías

El perfil de los concursos de acreedores cambia en Galicia // FARO

Aunque sin el vigor de los años de la burbuja ni con la misma velocidad tampoco en todas las comunidades, la construcción coge aliento y deja atrás casi una década de parálisis absoluta. Suben los precios, se construye algo más, se vende bastante más e incluso aumenta el dinero prestado por la banca para la formalización de hipotecas. Galicia se mantiene lejos de la media nacional en todos esos indicadores -es, según los datos publicados esta misma semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la región con menos adquisiciones de casas en función de la población: 58 por cada 100.000 habitantes en junio, frente a las 120 del conjunto del Estado-, pero la actividad parece despegar y ya no es la principal protagonista de las quiebras empresariales. Entre 2016 y la primera mitad de este año, 77 firmas ligadas al ladrillo presentaron concurso de acreedores. El comercio le superó, con 94 compañías en el antiguo proceso de suspensión de pagos. Y no es la única novedad que trae el cambio de ciclo económico en la salud empresarial: negocios sin plantilla o con un número de trabajadores muy pequeño dibujan el perfil más habitual en los concursos de acreedores.

Para hacerse una idea del impacto que la crisis tuvo en la construcción -a la que se le responsabiliza en buena parte del pinchazo de la economía- basta con echar un vistazo a las cifras de quiebra de los años más duros de la recesión. En 2012 fueron 157 y 174 en 2013. Desde entonces hay una clara tendencia a la baja: 115 en 2014, 75 en 2015, 47 en 2016 y 30 entre enero y junio del actual ejercicio.

Aún así, la construcción se mantiene como el sector que concentra un mayor número de empresas insolventes desde 2008. Un total de 970, según los datos recopilados por el INE y por el Instituto Galego de Estatística (IGE). Prácticamente un tercio del global de los concursos de acreedores en Galicia en estos nueve años y medio, que ascienden a 3.323.

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Del total de empresas constructoras que tuvieron que reestructurar sus pagos para sobrevivir o a las que no les quedó otro remedio que echar el cierre, el 70% (675) se dedicaba a la edificación y promoción inmobiliaria, mientras que el resto de compañías, muy afectadas por el freno a la inversión pública en infraestructuras, suman 293.

Otro 22% de los concursos en Galicia desde 2008 están en la industria. Por encima de los 700. El enésimo ejemplo de que la crisis fue generalizada, más allá del mercado inmobiliario y las finanzas. El máximo de quiebras en su caso está en 2012, con 134 concursos. E igualmente el descenso es claro a partir de ese momento, con 47 el pasado ejercicio y 24 en los primeros seis meses de 2017. La peor parte se la llevó el segmento de bienes intermedios -donde se trabaja con productos que, a su vez, son materia prima para otras fábricas-, con alrededor del 9% de los concursos declarados en la comunidad. Las empresas energéticas, en cambio, apenas representan el 0,5%.

A pesar encabezar actualmente los nuevos concursos de acreedores en la región, el comercio es el tercer sector con más procesos presentados desde el inicio de la crisis. Alcanza los 691, el 20,5%. Los comercios mayoristas absorben un elevado porcentaje (18,3%). Los minoristas y la venta de vehículos se quedan solo con el 2,2%.

Transporte y almacenamiento acumulan 153 concursos, el 4,7%. Un nivel idéntico al de las actividades profesionales y técnicas (158). La hostelería representa el 2,7% (91).

Siete de cada diez suspensiones de pagos en Galicia fue de compañías que no llegaban a los dos millones de euros de negocio. En los dos primeros trimestres de este año, de los 127 procesos abiertos, el 40% es de empresas con una facturación inferior a los 250.000 euros. Únicamente cinco firmas con más de 10 millones de euros de volumen anual quebraron.

El tamaño vuelve a ser la tónica dominante en cuanto a la plantilla. Con el estallido de la primera recesión, las empresas con mayor número de concursos de acreedores estaban en la franja de los 10 a 19 trabajadores. Las quiebras en compañías de esas dimensiones se han ido amortiguando, hasta dejar su peso en el total de procesos alrededor del 16%. El mismo que el de las firmas que van de los tres a los cinco empleados. Cada vez son más aquellas que tienen uno o dos asalariados (19,9%) y las que carecen de personal, que suponen una quinta parte de los concursos de este año.

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