España como "sinónimo de libertad, de paz y de convivencia", "una comunidad de ciudadanos y pueblos libres, donde la pluralidad no equivale a la desigualdad" y que "garantiza el autogobierno de sus nacionalidades y regiones". Así argumentó su llamamiento a la "unidad" del país el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, durante la que fue su cuarta intervención como delegado regio en la Ofrenda al Apóstol Santiago. En ese contexto advirtió de que se precisan "voluntad y decisión" para que esa obra "no se malogre por culpa de egoísmos, insolidaridades o frivolidades" cuando además "esa unidad", "apoyada en la historia, el afecto y también en el interés común", está "permitiendo que estemos superando las consecuencias más dramáticas de la crisis".

Para evitar que se "malogre", "la razón ha de estar respaldada por la ley, y la ley por la razón", dijo. "La obstinación de unos pocos", proclamó, "no puede prevalecer contra la sensatez, la lealtad y la solidaridad de muchos". El objetivo, incidió, es "no claudicar ante quienes predican la desunión o se abandonan al pesimismo", un mensaje que lanzó en referencia al contexto estatal, europeo y autonómico, que tienen en común, sostuvo, "una herramienta para ordenar la convivencia aún no igualada: la democracia". "Hoy necesitamos voluntad y decisión para acometer sueños capaces de unirnos y cohesionarnos", defendió en la misma línea.

En el mismo acto el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, también instó a los gobernantes a "encontrar, en diálogo sereno y respetuoso con la verdad, soluciones a los problemas políticos, sociales y culturales" con vistas a construir "una auténtica comunidad" que vaya "más allá de un pluralismo irreconciliable".

"Cuando hemos alcanzado tantas cosas buenas que nunca habíamos logrado tanto en España como en Europa, no debemos olvidar el legado de nuestra historia que, junto a aspectos negativos que hay que erradicar, nos ofrece valores e ideales suficientes y necesarios para la construcción de una sociedad solidaria y esperanzada", afirmó Barrio.

Solidaridad

A esa solidaridad se refirió también el presidente de la Xunta, quien explicó que en la actualidad Europa es "una esperanza" para "muchos habitantes del mundo que necesitan una utopía real donde depositar sus sueños", como ocurre, dijo, con los refugiados. "Han de ser tratados con generosidad", reclamó, dado que "con una política prudente y eficaz de acogida, no son una amenaza".

Frente a la necesidad de "preservar" la Unión Europea como "espacio de paz y convivencia", advirtió Feijóo de la amenaza del terrorismo, cuya base es "el odio al diálogo". En ese sentido, trajo a colación los nombres de Miguel Ángel Blanco -al que se le concedió la Medalla de Galicia a título póstumo este mismo lunes- y a Ignacio Echeverría, que "se han convertido en símbolos de la fuerza de la razón que lucha contra la razón de la fuerza". Esa España "de la libertad" que proclamó "lucha igualmente" contra la violencia ejercida contra las mujeres, que ve también "una forma de terrorismo". "El mensaje a las víctimas ha de ser inequívoco: no están solas", subrayó.

También, como el arzobispo, tuvo unas palabras para los fallecidos en el siniestro del Alvia, del que se cumplen cuatro años en estas fechas. "Desde aquella fatídica tarde, todos los Días de Galicia quedarán marcados por su recuerdo", señaló Feijóo, y Barrio incidió en que "ninguno de nosotros puede olvidar esa sombra de dolor" provocada por el siniestro.

Por otro lado, el arzobispo invitó a "afrontar los retos de los tiempos desde la fe" y a "hacer una confesión de fe apostólica". Barrio explicó cómo Santiago, ante la llamada de Jesús, "dejó la barca de sus intereses personales" y "entendió que no era la hora de especular si estar a la derecha o la izquierda del Señor, sino la de participar en su suerte". El prelado animó a "recuperar la centralidad de la dimensión religiosa en la vida" porque "marginar a Dios no libera al hombre", sino que si "el hombre olvida, pospone o rechaza a Dios", "todo parece provisional: el amor, el matrimonio, los compromisos profesionales y civiles, toda normativa ética".