La entrega de las Medallas de Galicia, que este año recayeron en el edil de Ermua asesinado por ETA, Miguel Ángel Blanco, en el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, en el expresidente de la República de Portugal Aníbal Cavaco Silva y en la empresaria Isabel Castelo, se convirtió en una apelación a la "libertad" y la "unidad" de los gallegos frente a "nacionalismos desaforados". El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, advirtió que "ningún político democrático fue elegido para dividir a los ciudadanos sino para fortalecer entre ellos los puentes por donde transita el diálogo".

Las Medallas de Galicia, la mayor distinción que otorga el Gobierno gallego a personalidades comprometidas con esta comunidad autónoma, fueron entregadas a los cuatro condecorados de este año en un acto solemne celebrado en el Museo de la Cidade da Cultura en Santiago, al que acudieron destacadas personalidades, entre ellos la presidenta del Congreso, Ana Pastor, el líder del Partido Socialdemócrata de Portugal, Pedro Passos Coello, los conselleiros y los alcaldes de Santiago, Martiño Noriega, Ourense, Jesús Vázquez, y A Coruña, Xulio Ferreiro. De la oposición solo fue el portavoz parlamentario socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga.

La primera en recoger el galardón fue la hermana de Miguel Ángel Blanco, María del Mar Blanco, quien recordó que la "unidad" todavía es necesaria para lograr "la disolución definitiva de ETA" y que agradeció la distinción, no solo en nombre su hermano, sino también de sus padres, de origen gallego.

La presidenta ejecutiva del Grupo Seguros Ocaso, Isabel Castelo d'Ortega y Cortés, mostró su "emoción" al recibir el galardón y aseguró "sentirse orgullosa de ser gallega".

Por su parte, el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, que fue vicepresidente de la Xunta y exministro de Sanidad, enumeró una larga lista de agradecimientos, entre los que se incluyeron desde literatos como Baudelaire o Borges, políticos como Fraga, deportistas como Rafa Nadal y hasta las vacas y las madres gallegas, a las que también dedicó el premio. No se olvidó de Feijóo: "Ese otro hijo que representa todos mis sueños políticos".

Por su parte, el exprimer ministro y expresidente de la República de Portugal, Aníbal Cavaco Silva se mostró "satisfecho" de haber contribuido a la cooperación transfronteriza entre Galicia y el Norte de Portugal y reconoció la ayuda de Manuel Fraga "que fue el obrero de la cooperación".

Tras los discursos de los premiados, Feijóo tuvo un recuerdo para las víctimas de Angrois y ensalzó que la "estabilidad" de Galicia ha sido el resultado de "políticas acertadas". "Porque la política responsable no puede ser un mero desahogo, sino que tiene que valorar las consecuencias de las decisiones, no pensando en las próximas elecciones sino en las próximas generaciones".