Con la espada de Damocles sobre sus cabezas, la Consellería de Infraestruturas y los sindicatos volvieron a reunirse ayer para intentar desatascar el conflicto del transporte público por carretera. Las dos partes encaran la cuarta semana de huelga, que arranca con dos nuevas jornadas de paros (la séptima y la octava) hoy y mañana y que amenaza con convertirse en indefinida a partir del jueves.

La de ayer fue la sexta reunión entre ambas partes, a la que hay que añadir las dos tripartitas, junto a la patronal que se produjeron el 29 de junio y el 6 de julio. Como en las cinco anteriores hubo grandes avances, pero no los suficientes para desconvocar el paro indefinido, porque además del plan de transporte que depende de la Xunta, que no satisface a los trabajadores, también está el conflicto de la negociación de los convenios colectivos con los responsables de las empresas.

Tras diez días de negociaciones, ya hay una cláusula de subrogación firmada por la administración y los sindicatos, y el objetivo de ayer era suscribir un acuerdo sobre las cláusulas sociales de los convenios. Al final, tras casi cinco horas de reunión y al filo de las once de la noche, lo firmaron, pero se rompió la unidad sindical al desmarcarse la CIG del acuerdo por retirarse del texto la prohibición de contratar por ETT a los acompañantes de los autobuses escolares.

El portavoz de la central nacionalista Xesús Pastoriza explicó que la CIG pidió "tiempo" al ver que la Xunta modificaba la redacción. "Ellos dijeron que ahora o nunca, y nosotros con chantajes no funcionamos. En un futuro, si así lo dicen las asambleas, nos adheriremos", aseguró.

Tercera reunión

Las negociaciones avanzan a contra reloj porque la convocatoria de huelga indefinida a partir del jueves sigue en pie. Por ello, representantes de los trabajadores (UGT, CC OO y CIG) y de la patronal (son cuatro federaciones: Anetra, Fegabús, Transgacar, por un lado, más beligerantes contra el plan de la Xunta; y Fegatravi, por otro) se sentarán hoy por tercera vez alrededor de la misma mesa para buscar una solución a los convenios.

Según las empresas, los trabajadores reclaman una subida salarial ligeramente superior al IPC, algo a lo que la patronal condiciona que la Xunta aclare la "incertidumbre generada" por su Plan de Transportes, abone "la deuda pendiente del IPC" en transporte escolar "que data de 2013" y "actualice las tarifas del transporte", también sin actualizar desde el mismo año.

Anetra, Fegabús, Transgacar, que el jueves dieron por "rotas" las negociaciones con la Consellería reclamaron ayer un "gesto" a la Xunta para acabar con la huelga. Las tres entidades solicitan a la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, que muestre "por fin una actitud positiva hacia el diálogo". Y recuerdan que la preocupación entre las empresas es cada día mayor, sobre todo tras comprobar la pasada semana que Vázquez y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, "pretenden imponer su controvertido Plan de Transporte Público sin atender las peticiones del sector".

Por ello les acusaron de ser "responsables únicos y directos de sus nefastas consecuencias en cuanto al cierre de pequeñas y medianas compañías y la pérdida de muchos puestos de trabajo".