La Consellería de Medio Rural prevé recuperar alrededor de 114.000 hectáreas de tierras abandonadas para darles un uso agrario. Y, entre los proyectos que pondrán en marcha, se incluye el programa "Horta", que se desarrollará en colaboración con Política Social, y, a través del cual, utilizarán estas fincas agrarias movilizadas para la reinserción de personas en riesgo de exclusión. El objetivo es darles cursos de capacitación centrados en los cultivos de la huerta.

Es una de las medidas que impulsará el departamento que dirige Ángeles Vázquez gracias a los 230 millones de euros de fondos adicionales que recibirá este año la comunidad autónoma procedentes del sistema de financiación autonómica. Del total de esta inyección económica, se destinarán alrededor de dos millones para impulsar la movilización de tierras abandonadas, una de las prioridades del Gobierno de Feijóo para esta legislatura.

Estos dos millones extra permitirán poner en marcha el proyecto "Horta" para ayudar a la reinserción de personas sin recursos pero también se prevén otras medidas como la recuperación de viñedos abandonados en zonas con denominación de origen, empezando por O Ribeiro.

En O Courel Medio Rural tratará de reconvertir monte abandonado en sotos tradicionales dedicados a la producción de castaña. También se actuará en Os Ancares con el uso de tierras en desuso para la producción de carne en extensivo.

Para poder dar uso a estos terrenos, sin embargo, es fundamental la identificación de los propietarios para llegar a acuerdos con ellos. La Consellería de Medio Rural asegura que se centrará en diversas zonas de las provincias de Pontevedra y Lugo para localizar a los dueños y darles uso a las parcelas infrautilizadas.

Uno de los sistemas que empleará para movilizar tierras será el Modelo Marcos (Mecanismo Agrario de Reestructuración Comunitaria da Superficie) que consistirá en fomentar las permutas de parcelas en distintos puntos de la geografía gallega sin cambiar la titularidad de las mismas, para que puedan ponerse en valor.

Según sus cálculos, en Galicia hay alrededor de 114.000 hectáreas con buena aptitud agraria que ser puestas en producción, de las cuales 46.000 son de calidad óptima. Los objetivos son ayudar a ampliar la base territorial de las explotaciones y evitar el abandono de tierras.