La comisión de expertos que trabaja en la reforma del modelo de financiación autonómica planteará al Ministerio de Hacienda que el impuesto de sucesiones y donaciones sea armonizado para evitar la actual brecha fiscal entre comunidades. El grupo de sabios, que deberá entregar al departamento que dirige Cristóbal Montoro un borrador de propuesta antes del próximo 10 de agosto, defiende la aplicación de un mínimo común de tributación para los herederos, de manera que las comunidades solo puedan tener la capacidad de cambiar los tipos o las deducciones en el tributo de sucesiones pero que tengan que ceñirse al tipo mínimo y máximo que fije el Gobierno central.

Esta reforma conllevaría una rebaja para una parte de los herederos que ahora están obligados a pagar, pero implicaría suprimir las bonificaciones que, como consecuencia de la competencia fiscal entre territorios, hacen ahora algunas autonomías y que deja exentos de tributar a hijos y otros familiares directos cuando la herencia supera cierto nivel.

En Galicia, tras años en la parte alta del ranking con el impuesto de sucesiones más gravoso, la última reforma de la Xunta -en vigor desde el año pasado- ha dado un vuelco al mapa fiscal autonómico. La comunidad gallega ha dejado de ser la sexta con el tributo más caro para convertirse en la más barata, ya que decidió eximir del pago a las herencias inferiores a 400.000 euros -excluida la vivienda habitual del fallecido-, lo que el 99% de los gallegos no tienen que tributar por este concepto. La principal novedad está en los efectos para los herederos mayores de 25 años, que desde enero del año pasado han dejado de tributar por cuotas inferiores a 400.000 euros. Y cuando superen este límite lo hacen solo por la diferencia a partir de ese mínimo.

Las recomendaciones del grupo de expertos sobre la reforma del impuesto de sucesiones van en la línea de las formuladas ya en 2014 por la llamada comisión Lagares, a la que Hacienda encomendó la elaboración de una propuesta de reforma fiscal en 2013. En aquel informe ya se recomendaba imponer un mínimo exento común para toda España entre 20.000 y 25.000 euros así como apostaba por establecer un tipo de gravamen entre el 4 y el 5% para las herencias entre familiares directos (cónyuges, hijos y ascendientes). Como puede verse en el gráfico superior, en el ejemplo de un heredero que recibe 422.000 euros (incluyendo la vivienda habitual del fallecido), la tributación sería nula en Galicia, Asturias y País Vascos, y prácticamente testimonial -inferior a 600 euros- en otras cinco comunidades: Canarias, Cantabria, Cataluña, Madrid y La Rioja.

El criterio de la comisión Lagares consiste en combinar la eliminación de las citadas bonificaciones con una reducción de los tipos impositivos, que a su vez serían más bajos para los parientes más cercanos. Ya en el informe de 2014 se planteaban una horquilla entre el 4% o el 5% para los hijos y el cónyuge y el 10% o el 11% para los familiares más lejanos o sin vínculo de parentesco.

En la actualidad, las diferencias sobre la tritutación en sucesiones entre autonomías son notables, y van desde los tipos más altos que aplican en comunidades como Extremadura, Aragón, o Andalucía a otras como Madrid o Galicia, donde están prácticamente exentos los contribuyentes. Un hijo que hereda un millón en Extremadura tiene que pagar por sucesiones más de 220.00 euros. Por esa misma herencia, un canario solo tienen que abonar 193 euros. Son estas las dos comunidades que están en los extremos opuestos del ranking fiscal cada vez que un contribuyente se enfrenta a la apertura de un testamento. Galicia se encuentra en la mitad de la tabla: 30.000 euros le acarrea a un gallego recibir un legado de un millón de euros. En Cantabria, poco más de 1.700 euros y en Madrid, algo más de 2.200 euros. Junto a Extremadura, Aragón, Andalucía y Castilla y León, son los territorios donde más habría que pagar por un legado superior al millón.

Herencias en vida

La sentencia del Tribunal Supremo que exime los pactos sucesorios del pago del IRPF dio un giro radical a la hora de transmitir el legado familiar en Galicia. La comunidad gallega cerró el ejercicio pasado con récord de herencias en vida. La rebaja de la factura tributaria por este fallo del Supremo y por la reforma fiscal de la Xunta ha llevado a Galicia a cerrar 2016 con casi 15.000 contratos sucesorios, un 112% más que los 7.090 contabilizados el ejercicio anterior. O lo que es lo mismo, la comunidad gallega registró el año pasado una media de 41 transmisiones en vida cada día, más del doble que la media de los últimos años, según datos del del Consejo Notarial de Galicia.